Hoy: 27 de diciembre de 2024
En una colaboración entre la Universidad de Málaga (UMA) y el ‘Future Power Systems Group’ de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), se ha llevado a cabo un estudio pionero enfocado en la disminución de emisiones contaminantes de vehículos sin afectar su rendimiento.
El análisis se centró en la utilización de biocombustibles oxigenados mezclados con diésel en un 20% de proporción volumétrica, evidenciando una notable reducción del más del 90% en la producción de hollín, el humo negro emitido por los automóviles. Estos resultados se han detallado en la revista científica ‘Fuel’.
Desde la UMA, el profesor Francisco Javier Martos, de la Escuela de Ingenierías Industriales, lideró el desarrollo del estudio, focalizándose en el análisis de las nanopartículas de hollín expulsadas por el motor al emplear diferentes biocombustibles, como bioalcoholes (butanol, pentanol, ciclopentanol) y biocetona (ciclopentanona).
Los experimentos se llevaron a cabo en los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación de la UMA, utilizando el Microscopio de Transmisión de Electrones de Alta Resolución (HR-TEM).
Estos biocombustibles destacan por ser producidos a partir de residuos derivados de biomasa residual, como aceites usados, algas, excedentes agrícolas y forestales, o aguas residuales, y por ser bajos en carbono.
Francisco Javier Martos explicó: “Nuestra investigación muestra que los biocombustibles estudiados, obtenidos en laboratorio, no solo generan muy poco hollín, sino que también presentan un comportamiento en el motor similar al combustible convencional de gasolinera, lo que implica que no se requieren modificaciones en el motor para su funcionamiento normal”.
El investigador de la UMA destaca que este trabajo abre una nueva vía para reducir las emisiones de hollín de los motores térmicos, contribuyendo así a mitigar los problemas medioambientales y de salud pública asociados.
Martos subraya: “Las partículas de hollín emitidas por los motores afectan al clima al aumentar el efecto invernadero y a la salud pública, ya que al permanecer en suspensión, tienen una alta probabilidad de ser inhaladas por los seres vivos”.
En el contexto de la transición hacia la movilidad sostenible, la investigación cobra especial relevancia, considerando las Zonas de Bajas Emisiones ya implementadas en ciudades y municipios españoles con más de 50.000 habitantes, según la Ley del Cambio Climático y Transición Energética.
Este estudio “abre la puerta al uso de combustibles no derivados del petróleo, capaces de reducir las emisiones contaminantes de los vehículos”. El equipo científico internacional, que ya cuenta con acuerdos con algunas marcas comerciales, tiene como objetivo a largo plazo la comercialización de estos combustibles innovadores.