Hoy: 22 de noviembre de 2024
Quienes padecen diabetes deben tener cuidado con las frutas que consumen debido a su contenido de azúcar. Sin embargo, existe un tubérculo que, además de ser seguro para ellos, ofrece beneficios adicionales para el corazón. Se trata de la jícama, un alimento que ayuda a prevenir enfermedades cardíacas gracias a su contenido en potasio y otros nutrientes esenciales.
Aunque muchas personas creen que la jícama es una fruta, en realidad se trata de un tubérculo de la familia de las leguminosas Fabaceae, que incluye alimentos como el frijol y las habas. Sin embargo, a diferencia de estos, las vainas de la jícama no son comestibles debido a una sustancia tóxica que contienen, lo que hace que solo la raíz sea apta para el consumo humano.
El origen de la jícama es mesoamericano, y su nombre proviene del náhuatl xicamatl, que significa raíz acuosa. Este tubérculo tiene un sabor dulce y almidonado, y suele consumirse crudo, acompañado de sal, limón y chile, o bien cocinado en diversas preparaciones como ensaladas, sopas, asado o frito, según detalla el Informador.
Uno de los grandes atractivos de la jícama es su alto contenido de agua, que representa entre el 85 y el 90 por ciento de su peso total, lo que la convierte en una excelente opción para mantener el cuerpo hidratado de manera natural. Además, se cultiva en los meses de marzo a junio, y su cosecha tiene lugar entre septiembre y diciembre.
Este tubérculo también es una fuente importante de nutrientes esenciales. Según el Poder del Consumidor, la jícama destaca por su aporte en minerales como potasio, calcio y magnesio, además de ser rica en vitamina C y algunas vitaminas del complejo B. Estos nutrientes no solo contribuyen a la salud en general, sino que, en particular, el potasio es clave para la función cardiovascular, ya que su consumo se asocia a la reducción del riesgo de enfermedades del corazón.
Por otra parte, la jícama contiene inulina, una fibra que actúa como prebiótico, lo que favorece el crecimiento de bacterias benéficas en el sistema digestivo y mejora la salud intestinal. Esta fibra, además, contribuye a una mejor absorción del calcio, lo que ayuda a fortalecer los huesos y prevenir enfermedades como la osteoporosis.
Para las personas con diabetes, la jícama es especialmente beneficiosa. El dulzor de este tubérculo proviene de la oligo-fructosa, un compuesto que el cuerpo no metaboliza, lo que lo convierte en una opción adecuada para quienes deben controlar sus niveles de azúcar en sangre.
En resumen, la jícama no solo es un alimento seguro para los diabéticos, sino que también ofrece importantes beneficios para la salud ósea y cardiovascular. Con su riqueza en nutrientes y su alto contenido de agua, este tubérculo mesoamericano es una opción versátil y saludable para incluir en la dieta diaria.