La Global Sumud Flotilla (GSF) ha entrado en una zona considerada de alto riesgo frente a la Franja de Gaza. Varias embarcaciones no identificadas se acercaron a algunas de sus naves, aunque posteriormente se alejaron, según informó la organización a través de su canal de Telegram. La flotilla se encuentra ahora a unas 120 millas náuticas de Gaza, cerca de las áreas donde anteriores misiones humanitarias fueron interceptadas.
En respuesta, los participantes activaron los protocolos de seguridad previstos para posibles interceptaciones. La GSF también señaló que la actividad de drones sobre las embarcaciones había aumentado, lo que elevó la alerta máxima entre sus integrantes. Algunos participantes, incluidos eurodiputados y activistas, temen que en las próximas horas puedan producirse incidentes.
La eurodiputada Rima Hassan, de Francia Insumisa, advirtió que la flotilla probablemente será interceptada pronto, citando la presencia de dos buques militares próximos. Mientras tanto, la fragata de la Armada española que se dirige hacia la flotilla aún navega a media velocidad, por lo que no se espera que llegue hasta mediodía, según ha publicado Europa Press.
El Gobierno de España ha recomendado encarecidamente a la flotilla no ingresar en la zona de exclusión establecida por Israel. Según fuentes de Moncloa, hacerlo pondría en riesgo tanto a la tripulación del buque de salvamento marítimo como a los integrantes de la propia flotilla. Aunque el Ejecutivo considera la misión legítima y humanitaria, subraya que la seguridad de las personas debe primar sobre cualquier otra consideración.
A bordo, los participantes mantienen su compromiso de entregar ayuda humanitaria y denunciar el bloqueo naval que mantiene Israel sobre Gaza. La eurodiputada Emma Fourreau, también de Francia Insumisa, compartió fotos desde una de las embarcaciones, reiterando su determinación: “Romperemos el bloqueo y lucharemos junto al pueblo palestino”. Fourreau criticó además los planes internacionales que, a su juicio, ignoran los abusos y la ocupación en la región, y reafirmó que no habrá paz ni justicia mientras no se atiendan esas cuestiones.
La flotilla, que cuenta con más barcos que en misiones anteriores, enfrenta ahora la compleja combinación de riesgo operativo y presión diplomática. A pesar de las advertencias, sus participantes sostienen que la ayuda humanitaria y la visibilidad internacional de la misión justifican su continuidad, aunque bajo estrictas medidas de seguridad.