Lágrimas, muchas, y emoción a raudales. Los sevillanos han recuperado en las últimas horas la felicidad de ver de vuelta a la Virgen la Esperanza Macarena tras la nueva restauración que ha sufrido la talla tras una anterior que no gustó y levantó una tormenta en la Pasión sevillana.
Durante horas, miles y miles de devotos de la popular talla sevillana han hecho colas ante el templo en el se venera en la basílica de la Macarena, ubicada en el barrio sevillano de San Gil, para contemplar la imagen de la Virgen que ha permanecido en los talleres del maestro Manzano durante cuatro meses.

El resultado se esperaba con auténtica inquietud y ahora sí, ha sido del agrado de los devotos, que incluso han recibido con una larga ovación al artesano por saber devolver la esencia de la talla en los párpados y la fuerza de la mirada. «Ahora sí es otra vez mi Virgen». Lo decía una mujer a las cámaras de televisión, y lo hacía entre lágrimas, y como ella muchos más que mantenían la angustia desde que presenaciaron la talla tras la última restauracuión, una labor que, a juicio de una inmensa mayoría de devotos, había desfigurado el alma de la Macarena.
El asunto levantó un terremoto en la Semana Santa sevillana y los responsables de la Hermandad tuvieron que irse. Antes encargaron una nueva actuación sobre el rostro de la virgen que ahora sí tiene el beneplácito de todos. Han sido semanas y meses de incertidumbre para ser si había arreglo y al final el rostro de la talla irradía en su mirada la intensidad a la que estaban acostumbrados. Final feliz.
La Esperanza de la Macarena está de regresp en su casa y los sevillanos han podido dormir tranquilos y esperan ya con impaciencia verla de nuevo en la estación de penitencia por las calles de su ciudad. Hay cosas que los sevillanos se toman muy en serio y la Macarena es una de ellas.