Hoy: 22 de noviembre de 2024
Ana Céspedes, directora mundial de Operaciones de la Iniciativa Internacional por la Vacuna del SIDA (IAVI, por sus siglas en inglés), ha destacado que, aunque la esperanza de vida en España es de 83 años, solo 67 de esos años se viven con buena calidad de vida.
“¿Quién quiere vivir 15 años con mala calidad de vida? Necesitamos la prevención para extender los años de vida saludable. España dedica el 97% del presupuesto sanitario al tratamiento de enfermedades y solo el 3% a la prevención”, ha declarado durante su participación en el V Simposio del Observatorio de la Sanidad de El Español e Invertia.
Entre otras cosas, ha criticado los tiempos de espera para lanzar medicamentos al mercado. “En Estados Unidos un medicamento aprobado se comercializa al día siguiente. En España tarda 1,7 años, pero no sólo eso, además sólo llega un 50% de los medicamentos aprobados. Sin prevención estamos incrementando la carga de enfermedad, destinando nuestros recursos a enfermedades prevenibles. Hay que reducir esas enfermedades para tener más acceso a innovación”.
Céspedes también ha incidido en la educación en salud, clave para prevenir enfermedades ya que en España “hay un 21% de colesterol alto, 20% de hipertensión, 15% de salud mental, 12% de dolor lumbar, 8% de diabetes, 8% de artrosis y 2% de EPOC”. “Todas estas enfermedades acaparan el gran porcentaje de nuestra carga de enfermedad y son prevenibles con cinco herramientas: ejercicio físico, ejercicio mental, nutrición saludable, sueño y relaciones interpersonales saludables”, ha espetado.
“Debería ser una prioridad del gobierno. Estamos desarrollando una vacuna contra la tuberculosis desarrollada por un investigador de la Universidad de Zaragoza, Carlos Martín, fabricada en Galicia y el Gobierno de España todavía no está contribuyendo. Nos ha dado dinero el gobierno alemán, Bill Gates y es una oportunidad estupenda para poner a España en el mapa mundial de la innovación“, ha señalado.
Por otro lado, Céspedes ha resaltado que, en la investigación de la vacuna del SIDA, las asociaciones sin ánimo de lucro pueden asumirlo porque tienen financiación a la que la industria farmacéutica no puede optar, pero “no tienen los recursos que la industria farmacéutica sí que tiene”. Por eso, “colaborar es esencial para el avance de la innovación y que esa innovación sea accesible en todo el mundo”, ha señalado