La edad no perdona

Cuando somos jóvenes y estamos en plenitud de vida, llenos de euphoria y con ganas de crecer con nuestros proyectos, por estudios, habilidades creativas o por fuerza física, sientes que eres capaz de comerte el mundo.

A lo largo de la vida, te vas percatando de las dificultades que se te van presentando y tropezarás en muchas ocasiones, bien por no haber gestionado, o sopesado, los pros o los contras que te cortarán la trayectoria, quizá por un exceso de entusiasmo en tus proyectos o por creerte invulnerable al fracaso.

La justa medida es difícil. Y si tienes palmeros de conveniencia, entonces es cuando puedes embadurnarte hasta arriba, en el fango que te has creado tú solo.

Lo cierto es que inexorablemente llegará el momento en el que la vida se te presentará dando la cara y sin disimulo, para pararte en seco, llegando ese stop que, quizás, tu mente no quiere ver, pero que es palpable a los ojos de tu familia, amistades, empleados o súbditos, en este caso acomodaticios.

Cuando eres un trabajador manual, con esa fuerza motriz de tu cuerpo fuerte y sano, puedes llegar hasta tu jubilación. Siempre bajando peldaños, en esfuerzo físico por edad pero, con suerte, llegas.

Lo peor es cuando te dedicas a la política y llegas a ser dirigente de un país, o alto cargo de grandes empresas, jefe insigne de sociedades, un crack de las finanzas, incluso el gurú de una gran secta, etc.

Pero el boom es cuando llegan a ser dirigentes de un país. Es en ese momento cuando lo tienen más difícil para ver su realidad y darse cuenta de su propio deterioro cognitivo, pues sus correligionarios no se lo permitirán.

Su máxima será que continúe por sus intereses, por su estatus o por sus cómodas vidas, ganadas o regaladas por los favores prestados. Saben que si se descabeza, esa vida que te ha proporcionado dinero y privilegios que te ha dado todo, sería terminar con la gallina de los huevos de oro y no están dispuestos a perderlo.

Es vergonzosa la exposición que se ha hecho al mundo con una falta total de humanidad, piedad, respeto. Ni siquiera un poco de amor de sus más cercanos, para con ese mandatario de uno de los países más poderosos.

Su tremenda situación física y mental ha sido seguida y televisada para todos, y usada con sorna, mofa y vejación de muchos descerebrados en tertulias televisivas con una falta total de dignidad.
Ese país tendría que hacérselo ver. Han demostrado no ser un buen ejemplo para nadie, denostando la figura de su máximo exponente; se han permitido difundir su figura, en situaciones grotescas, y han sido sus propios seguidores, sin piedad.

Todos debemos el respeto y cariño hacia las personas que, por edad, van perdiendo sus facultades cognitivas, y a todas esas familias que viven su deterioro junto a ellos. Que pena da esta sociedad tan falta de valores, que es capaz de hacer broma de las desgracias.

Existe una edad para todo y para todos, el estudio de la situación mental de una persona es muy importante y necesaria en muchos trabajos por la gran peligrosidad que conllevan.

No hay nada más comprometido y peligroso como ser capaz de dirigir una nación, con coherencia eficacia y verdad, es un auténtico reto mental. La edad es muy importante para estar óptimo, al tomar decisiones que nos pueden arrastrar al más profundo de los abismos.

Cuidemos nuestras mentes y respetemos a quienes, por edad, van perdiendo sus capacidades cognitivas.
Seamos conscientes de que nos puede pasar a muchos.