Se suceden las ruinas también en los jardines. La belleza de los sitios nunca permanece, se traslada buscando sin querer la decadencia. Por más que los afeites devuelvan un tiempo a la boca unos labios esponjosos, las cicatrices de la mentira quedan detrás de lo visible.
¡Tantas luchas aquí, tanto desorden en las ambiciones! ¡Tanta traición para crear oasis que al poco se convierten en desiertos! Veo a mi alrededor la tumba de las inocencias de los que han creído que triunfar es conseguir cosas y casas con jardines, sin saber que ellos también sucumben al trasiego de los relojes. Llega un tiempo en que las flores ya no están porque le crecieron dentro los olvidos.
Rilke nos recuerda: “Busca lo profundo de las cosas, hasta allí nunca desciende la ironía”.
…No dejéis que el desamor seque de pronto vuestros paraísos.