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¿Hay que pagar por visitar las catedrales?

¿Hay que pagar por visitar las catedrales?

Imagen de archivo de la catedral de Notre Dame en París durante las labores de restauración tras el incendio de 2019./ Europa Press/

Notre Dame ha vuelto a la vida tras ser devorada por las llamas hace cinco años. En tiempo récord y con una inversión de 800 millones de euros procedentes de subvenciones y donaciones, el milagro se ha obrado gracias a la titánica labor de 2.000 profesionales de 250 empresas que han utilizado las técnicas de la Edad Media, tal y como se levantó entonces.

Y con su reapertura, por cierto en un acto solemne al que han acudido cincuenta jefes de Estado, entre ellos Velodimir Zelenzki y Donald Trump, ha surgido un debate en Francia: ¿habría que pagar entrada para visitar el monumento por el que pasaban 14 millones de turistas cada año antes del siniestro? Hasta ahora era gratuito y la idea es que una pequeña aportación sirva para su mantenimiento.

El debate supera los límites del templo francés y alcanza al resto de las catedrales. Para visitarlas en la actualidad hay de todo. Las hay con entrada gratuita, las hay que piden una aportación tan módica como 1 euro para ayudar a su mantenimiento, y las hay tan abusivas como la Sagrada Familia de Barcelona que cobra 26 euros por acceder al templo y a la fachada posterior.

Yo he pagado por verla y francamente no volvería a hacerlo. Me parece un abuso, por bonita que sea, cobrar esa cantidad cuando por ejemplo acceder a La Alhambra, que está a años luz en inmensidad artística e histórica, solo cuesta 15 euros, 10 si es en grupos organizados y para los menores de edad, solo 2.

Dicho eso, creo que sí es necesario que por visitar monumentos como una catedral se abone una cantidad razonable que ayude a su conservación y mantenimiento y Notre Dame no puede ser una excepción. Velar por el patrimonio público es responsabilidad de las instituciones, y conservar y preservar el patrimonio privado necesita de la colaboración para no caer en el abandono y su progresivo deterioro, como ha ocurrido y ocurre con demasiada frecuencia.

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