Los investigadores encuentran restos de pica y comadreja que confirman la existencia del felino en la montaña más alta del mundo
El gato de Pallas, también conocido como manul, ha sido localizado por primera vez en las laderas del Everest, en el Parque Nacional Sagarmatha de Nepal. Esta especie habita también en las estepas del Tíbet, de Mongolia y de Siberia.
El análisis de ADN de las muestras de heces recogidas confirman la existencia de dos gatos de pallas en el Monte Everest. Cohabitan en el mismo territorio con el zorro rojo. Los investigadores hallaron restos de pica y comadreja, importante fuente de alimento para el gato de Pallas.
Esta especie de felino debe su nombre al alemán Peter Simon Pallas, en 1776, quien lo descubrió al sureste del lago Baikal, en Siberia. Lo denominó Felis manul. Recientemente, ha sido reubicado dentro del género Otocolobus, creado por dicho zoólogo.
El manul es un animal solitario que caza entre el crepúsculo y el alba. Considerado como el mejor trepador felino, se alimenta de picas y de pájaros. Tiene de cuatro a seis crías de una camada, y un peso de adulto de entre 2,5 y 3,5 kilos. Aunque en algunas zonas está amenazado por la caza y la ocupación humana, está catalogado de “preocupación menor” en la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
La cantidad de turistas que visitan el Parque Nacional de Sagarmatha y el Monte Everest ha aumentado drásticamente en los últimos años, de pocos miles en los años 70 a más de 50.000 en 2019. Aun así, el gato de Pallas ha pasado inadvertido hasta ahora en esta zona de Asia.
Ejemplares de manul han sido mantenidos en zoológicos desde principios de la década de 1950. Desde 2018, 60 zoológicos en Europa, Norteamérica y Japón participan en los programas de cría en cautiverio de esta especie felina.