Se convirtió en el primer afroamericano que estudió en la Universidad de Oklahoma y su empeño por conseguir un doctorado cambio la vida de sus compatriotas en materia educativa
George W. McLaurin, fue el primer hombre de color admitido en 1948 en la Universidad de Oklahoma. Un hito histórico que se vio empañado por la segregación racial imperante en la época, que le obligó a sentarse en una esquina lejos del resto de sus compañeros de raza blanca.
McLaurin, profesor jubilado de origen afroamericano, por aquel entonces ya contaba con una maestría en la Universidad de Kansas y, a sus 61 años, decidió ir en busca del doctorado en educación. Para ello, y tras una batalla legal que finalmente fallaría a su favor, ingresó en la Universidad de Oklahoma donde tuvo que hacer frente a numerosos actos discriminatorios.
Así pues durante las clases, George permanecía alejado del resto de compañeros de estudios, sentándose en una esquina reservada para estudiantes de color. Una norma que se extendía al resto de instalaciones, como la biblioteca, la cafetería o los baños.
“Algunos compañeros me miraban como si fuera un animal, nadie me hablaba. Los maestros ni siquiera estaban ahí para mí; nunca atendían a mis preguntas“, rememoró el propio McLaurin sobre su etapa en la universidad estadounidense. “Pero me dediqué tanto y le puse tanto empeño, que después mis compañeros empezaron a buscarme para que yo les diese explicaciones y aclarase sus dudas; los profesores me empezaron a tener en cuenta. Deje de ser invisible para ellos“, sentenció.
Las demandas interpuestas por George, en donde argumentaba que esos hechos no le otorgaban la igualdad que demanda la Constitución estadounidense, tuvieron su respuesta en 1950 cuando la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que el trato debía ser igualitario entre los estudiantes de raza blanca y afroamericana.
Actualmente el nombre de George McLaurin aparece en la lista de honor de la universidad de Oklahoma como uno de los tres mejores estudiantes, y su batalla legal contra la segregación racial le convirtieron en un icono estadounidense.