Con motivo del Día Mundial sin Tabaco, que se celebra el próximo 31 de mayo, el director del Instituto Clavel, Pablo Clavel, ha lanzado una advertencia clara: fumar es un “claro factor de riesgo” para que la lumbalgia evolucione hasta convertirse en una dolencia invalidante.
La lumbalgia, tal como la define el especialista, es un dolor localizado en la parte baja de la espalda, entre las costillas y los glúteos. Esta afección es extremadamente común. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta al 80 % de la población mundial al menos una vez en la vida, especialmente entre los 35 y los 65 años, sin diferencias entre hombres y mujeres.
Aunque sus causas pueden ser múltiples, cada vez más estudios apuntan a la relación directa entre el tabaquismo y la aparición o el agravamiento de este dolor lumbar. El Instituto Clavel subraya que fumar puede favorecer el desarrollo de la artropatía facetaria lumbar y el deterioro de la matriz ósea de la columna vertebral. “Existe, además, un 1,8% más de posibilidades de que los fumadores desarrollen esta patología”, añade el centro.
Pablo Clavel también advierte de que los efectos del tabaco no se limitan únicamente a los fumadores activos. “Estos dolores lumbares invalidantes causados por el tabaco no solo aparecen en fumadores, sino que también afectan a los fumadores pasivos, es decir a aquellas personas que viven en un ambiente rodeados de tabaco”, explica.
La exposición al humo y la nicotina libera monóxido de carbono, que tiene efectos nocivos sobre el sistema nervioso y puede dañar estructuras clave de la columna. El resultado, indica el especialista, no solo es una mayor probabilidad de sufrir lumbalgia, sino también un dolor más intenso y persistente.