“No hay que temer a la muerte, porque no es el final, sino un nuevo comienzo”. Así lo expresa el Papa Francisco en el prefacio del libro En espera de un nuevo comienzo. Reflexiones sobre la vejez, escrito por el cardenal Angelo Scola y que saldrá a la venta este jueves, publicado por la Librería Editrice Vaticana.
El texto, firmado por el Pontífice el pasado 7 de febrero, ha cobrado un nuevo significado tras su reciente fallecimiento. En él, Francisco se detiene a reflexionar sobre el envejecimiento, el sentido profundo de la muerte y la riqueza humana y espiritual que encierra la última etapa de la vida.
“Decir ‘viejo’ no es decir ‘inservible’. Es hablar de experiencia, escucha, sabiduría. Son valores que hoy, más que nunca, necesitamos recuperar”, escribe Francisco con su habitual estilo claro y directo. Para él, envejecer no es un castigo ni una decadencia, sino una oportunidad para irradiar el bien desde la calma, el discernimiento y la memoria.
El Papa también pone en valor el papel de los abuelos como faros morales en una sociedad acelerada y centrada en lo inmediato: “Su sabiduría da dirección a los más jóvenes, ancla la vida en valores duraderos y ofrece una mirada más profunda sobre el tiempo”.
Además, aborda con ternura y profundidad el sufrimiento físico y emocional asociado a la vejez, resaltando que este puede ser vivido con sentido cristiano, como preparación para el “encuentro final con Jesús”.
Francisco concluye el texto con una confesión serena: “La muerte no es el fin. Es el principio de algo que nunca se acaba: la vida eterna. Por eso es un nuevo comienzo”.
El libro de Scola, impregnado de teología vivida y afectiva, refleja la mirada espiritual de quien no solo piensa la fe, sino que la siente y la reza. Y en ese tono, el Papa comparte, como testigo, la esperanza de quien camina hacia el ocaso sabiendo que, al otro lado, la luz sigue encendida.