ANTONIO ALONZO RUIZ
Marcia Baxter Magolda, en su teoría de la Auto-Autoría de la identidad (2004), descubrió que cuando comenzamos a plantearnos la pregunta de ¿Quiénes somos?, nuestra respuesta sigue a primera instancia modelos externos; en un segundo momento, llegamos a una encrucijada entre modelos que ya conocemos (externos) y los que vamos conociendo, y finalmente, a través de la toma de decisiones, adoptamos un papel activo en el proceso de la Auto-Autoría de nuestra propia identidad.
En su investigación, Baxter Magolda observó que los adolescentes y jóvenes hasta los 20 años, en todo lo que se refiere al proceso de formación académica de los grados iniciales hasta la universidad y en todo lo referente a sus creencias personales, se encontraban aún en la etapa de seguir modelos externos. No se planteaban todavía —en su mayoría— si esos modelos externos ayudaban o perjudicaban a sus propósitos personales.
Posible explicación a lo anterior es que la adolescencia se ha prolongado: primero, la pubertad llega más temprano; segundo, debido al retraso de la independencia o emancipación de la casa paterna, los cambios psicológicos y sociales propios de la adolescencia se reprimen, lo que da como resultado —el tercer motivo— una transición tardía —e incierta— a la edad adulta.
Lo anterior explica el porqué las personas participantes en la investigación no fue sino hasta los treinta años de edad que llegaron al estadio de Auto-Autoría de su identidad personal.
Esto habla de que existe una relación directa entre “madurar” y “construir tu identidad” personal.
*Por su interés reproducimos este artículo de Antonio Alonzo Ruiz publicado en Diario de Yucatán.