Hoy: 11 de octubre de 2024
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pronunciado su discurso este martes en el debate del estado de la nación que se prolongará hasta este jueves y ha anunciado temporalmente “un impuesto extraordinario a las grandes empresas eléctricas” y a “las grandes entidades financieras” por la gran subida de los tipos de interés. Asimismo, ha prometido ayudas sociales como una bonificación del 100% del abono en Cercanías, rodalíes y media distancia desde el 1 de septiembre hasta el 31 de diciembre de este año. A ello se añade, el anuncio de una beca complementaria de 100 euros mensuales a los mayores de 16 años que perciben una ayuda estatal.
En lo referente a los nuevos impuestos que el Ejecutivo va a imponer a las empresas eléctricas, ha asegurado que “los sobrebeneficios” de estas grandes corporaciones “no caen del cielo sino que salen del bolsillo de los consumidores que pagan los recibos”, haciendo un juego de palabras con la manida oración acerca de los beneficios extraordinarios que no se adecúan de forma justa a su labor. Tras sendos anuncios, las entidades financieras más importantes se han desplomado en la bolsa. En concreto, los seis bancos cosechan caídas generalizadas desde instantes después de que se conociera la creación de este nuevo tributo. A continuación, Sánchez ha indicado que el Gobierno “no va a permitir que el sufrimiento de muchos sea el beneficio de unos pocos”.
El presidente del PP y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha estado sentado en el escaño que habitualmente ocupa el líder de la oposición en el Congreso. Este sitio, desde la salida de Pablo Casado del PP, lo utiliza la portavoz de ese partido en la Cámara Baja, Cuca Gamarra. Por el contrario, Feijóo no tendrá la oportunidad de intervenir.
En ese sentido, uno de los aspectos más llamativos de este pleno es que Feijóo no pueda participar, lo que le resta atractivo. Por tanto, no se dará un cara a cara entre Sánchez y Feijóo debido a que no es diputado y ostenta la condición de senador por designación autonómica, una estrategia que llevaron a cabo desde Génova tras su elección como presidente de la formación. El motivo es que tuviera cada varias semanas protagonismo en los plenos del Senado. Se espera que el presidente popular ofrezca declaraciones a la prensa en los pasillos del Congreso para contestar a lo que diga Sánchez en su discurso. En su lugar estará la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, que interpelará a Sánchez junto a los otros portavoces parlamentarios.
En cuanto a la ayuda a los estudiantes anunciada por Sánchez, el Gobierno concederá a más de 1 millón de estudiantes mayores de 16 años una beca de 100 euros mensuales que ya disponen de una ayuda estatal.
En su intervención, Sánchez ha puesto en valor la partida de becas actuales, que asciende a 2.134 millones de euros, y ha informado de que va a conceder desde septiembre a diciembre este suplemento adicional de 100 euros para los estudiantes con el fin de garantizar que nadie “tenga que dejar sus estudios por problemas económicos”.
“Las becas son un ascensor social y no un mecanismo para perpetuar desigualdades”, ha criticado Sánchez en un mensaje encubierto a al cheque para rentas altas -de más de 100.000 euros- que ha impulsado recientemente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y que ha desatado la polémica en el patio político.
En materia de energía, ha afirmado: “No descartamos que Putin corte el gas a Europa” aunque “tenemos un suministro diversificado” al margen de Rusia. “Si Putin corta el gas, debemos responder unidos”, ha advertido Sánchez, porque los socios europeos tienen mayor dependencia del gas ruso que España. Todo ello en el marco del corte supuestamente temporal por problemas de mantenimiento -presuntos “motivos técnicos”, según el Kremlin ruso- del gasoducto Nord Stream 2 que conecta con Alemania, altamente dependiente de esa fuente energía.
“La paz no viene sola, hay que alcanzarla”, ha insistido Sánchez en materia de Defensa en relación con la nueva hoja de ruta de la OTAN a raíz de la invasión rusa de Ucrania. Este es uno de los temas que ha causado más fricciones últimamente en el seno del Gobierno dado que algunas medidas de inversión en Seguridad y Defensa no fueron comunicadas desde la parte socialista al espacio de Unidas Podemos. Se trataría pues de una alusión velada a la posición pacifista del socio minoritario de Gobierno, Unidas Podemos. No obstante, ha trasladado que España “es un país pacifista”.
En cuanto a la guerra, ha dicho que “no puede haber equidistancia” con Rusia porque “tenemos un deber moral con Ucrania”. “Estamos en el lado correcto de la historia” al apoyar a Ucrania en la invasión rusa, ha sentenciado el jefe del Ejecutivo. Aunque ha querido recordar que si España no apoyara a Ucrania y participara en las sanciones a Rusia, las consecuencias serían peores porque, a su modo de ver, “estaríamos aislados”.
Respecto a la situación de escalada de precios que atraviesa España, comprende “la angustia y el enfado de todos” porque también es el suyo. En su descargo, ha trasladado que “la pandemia y la guerra en Ucrania desbocan los precios”, incidiendo en que no “quiere echar balones fuera” puesto que este es “diagnóstico realista”.
Así, ha recomendado a la ciudadanía hacer un esfuerzo y “adoptar medidas de ahorro energético” como el teletrabajo o fomentar no gastar tanta luz ni gas ahora que vienen los meses de verano. En dicha estación el calor obliga a poner más el aire acondicionado o gastar más electricidad en enfriar la casa. Sin embargo, ha manifestado que se “va a dejar la piel para defender a la clase media trabajadora”.
Asimismo, ha manifestado que es “consciente de las dificultades cotidianas” derivadas de la inflación y de la crisis energética. “A todo este sufrimiento Vladímir Putin ha añadido una guerra en Ucrania”, ha recordado. Sin embargo, ha subrayado que “el gran reto de España se llama inflación”. Esa inflación desbocada, según el presidente del Gobierno, dependerá “de cuánto dure la guerra”.
De este modo, ha sacado pecho de España, diciendo que “es un país solvente y solidario”. “La escalada de los precios está haciendo más difícil lo que antes ya era difícil”, ha aseverado, queriendo empatizar con la ciudadanía.
En el arranque de su intervención, ha hecho una referencia a la última cita de este tipo, que se celebró en 2015. “Muchas cosas han cambiado desde entonces”, ha dicho el jefe del Ejecutivo, que ha continuación ha hecho un chascarrillo con el bloqueo que sufre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ):”El Poder Judicial no ha cambiado como consecuencia del bloqueo del PP”. En las últimas horas el PP se ha bajado del acuerdo, según un comunicado que han difundido. En él argumentan que el Gobierno no va a retirar la reforma de la ley del Poder Judicial -tal y como habían exigido como moneda de cambio los populares– para permitir al órgano de gobierno de los jueces nombrar a dos magistrados del Tribunal Constitucional de los cuatro que han concluido su mandato desde hace un mes.
Ha querido rememorar la historia de este debate, que se inició en septiembre de 1983. La primera edición de esta particular sesión tuvo lugar ese año con el Gobierno del socialista Felipe González. Se trata de un debate que no se celebra desde febrero de 2015, hace más de siete años, en el que el 99% de los diputados de la actual legislatura no han vivido. En ese entonces, Sánchez como líder de la oposición al Gobierno de Mariano Rajoy. Ha comparado la España de ese momento porque antes era un país “débil” y en construcción. Según su criterio, ahora “lidera la respuesta europea” y es respetado internacionalmente.
Nada más entrar al hemiciclo la bancada popular se ha rendido en un aplauso unánime a su líder, Alberto Núñez Feijóo. Lo mismo ha sucedido acto seguido con las bancadas del grupo parlamentario socialista y el de Unidas Podemos, los socios de gobierno, que han aplauido sonoramente a Pedro Sánchez.
En este primer día, el debate ha arrancado con la intervención deSánchez que, sin límite de tiempo, está desgranando todos aquellos temas que han marcado la agenda política del Ejecutivo y paralelamente está haciendo balance de su gestión. Asimismo, el jefe del Ejecutivo puede definir las principales propuestas legislativas y actuaciones políticas previstas para el año venidero. Una vez concluida, la intervención del presidente, que ha arrancado a las 12 del mediodía, se suspende la sesión durante el tiempo que la Presidencia de la Cámara estime necesario.
Se estima que, unas horas más tarde, en torno a las 4 de la tarde se reanude la sesión para que participen los representantes de los grupos parlamentarios, que toman la palabra a través del líder de la formación política o el portavoz parlamentario. Los grupos intervienen de mayor a menor según su número de escaños, pero se reserva el primer turno al grupo de la oposición con mayor representación parlamentaria y queda en último lugar el grupo al que pertenece el presidente del Gobierno. El tiempo máximo de esta primera intervención es de 30 minutos, tiempo similar al previsto en las investiduras y superior a los 15 minutos que el Reglamento del Congreso fija para las comunicaciones del Gobierno en su artículo 196.
El transcurso del debate en cuanto a intervenciones y respuestas depende de la decisión del presidente del Gobierno: si responde de forma individual a cada intervención o las responde todas de forma acumulada. Y es práctica habitual que el presidente entable un cara a cara con cada grupo parlamentario para confrontar ideas.
De este modo, después de la primera intervención del líder o portavoz parlamentario, el presidente del Gobierno le responde. Además, el grupo tiene la posibilidad de dos nuevos turnos -de réplica y dúplica-, con tiempos de intervención más reducidos. A continuación el Sánchez cerrará el debate con cada grupo parlamentario.