En sus palabras, “el consumo de alimentos azucarados y de harinas refinadas genera inflamación celular en todo el cuerpo, lo que impacta directamente en los niveles de presión arterial”, abordando así una de las cuestiones más recurrentes en su consultorio.
Introducir una dieta antiinflamatoria basada en proteínas y grasas saludables, así también como en carnes de todo tipo, huevos, semillas, frutos secos, aceite de olvida y de coco, es muy importante, según la información publicada por El Diario de la Pampa.
Asimismo, la especialista recalca la importancia del consumo adecuado de suplementos nutricionales como el magnesio que ayudaría a reducir a presión arterial, aunque remarca que cada paciente presenta unos requerimientos únicos y es importante saber detectar sus posibles déficits micronutricionales para actuar sobre ello.
Para finalizar, la nutricionista destaca la importancia de la prevención, “una consulta nutricional es una inversión en salud para evitar futuras patologías”, señala.