Hoy: 16 de noviembre de 2024
España ha asumido oficialmente la organización de la XXX Cumbre Iberoamericana, prevista para 2026, con el propósito de revitalizar este foro internacional y recuperar el “espíritu e ilusión” que marcaron las primeras cumbres. El Rey Felipe VI fue el encargado de recibir el testigo de Ecuador, país que lo ostentó hasta este momento, con la meta de restaurar la importancia de este encuentro, que ha visto cómo su relevancia disminuye en los últimos años.
Durante su intervención, el rey Felipe VI reconoció que el foro iberoamericano atraviesa un momento delicado, como quedó evidenciado en la cita de este año, en la que sólo los jefes de Estado de España y Portugal asistieron, mientras que ninguno de los mandatarios de los 19 países iberoamericanos estuvo presente. “Es necesario recuperar el espíritu de unión que inspiraron las primeras cumbres y proyectar el foro hacia los retos del presente y del futuro”, destacó el monarca en declaraciones recogidas por Europa Press, quien se comprometió a trabajar con “ilusión, responsabilidad y pragmatismo” para que la cumbre de 2026 sea un éxito.
El evento se celebrará en una ciudad aún por determinar, pero será “muy simbólica”, dado que coincidirá con el 35 aniversario de la primera Cumbre Iberoamericana. En este sentido, Felipe VI subrayó la importancia de esta cita como un “instrumento de cambio y oportunidades” para las nuevas generaciones, transmitiendo el deseo de los países iberoamericanos de seguir fortaleciendo los lazos de hermandad y cooperación.
“Centrarse en lo que nos une”
El mensaje del rey también hizo hincapié en la necesidad de enfocarse en “todo lo que nos une” en lugar de centrarse en las diferencias entre los países de la Comunidad Iberoamericana. En un foro marcado por la ausencia de numerosos mandatarios, como los de México, Venezuela y Nicaragua, el monarca apeló a la unidad y a la solidaridad. “Ante las discrepancias naturales en una relación tan rica y prolongada, recordemos que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”, manifestó.
En este mismo tono, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, reafirmó el compromiso de España con el proceso de consolidación del sistema de cumbres y destacó la importancia de generar “espacios donde, desde el respeto mutuo, podamos hablar de igual a igual”. Albares también destacó la necesidad de “escuchar a todos los estados” y trabajar en nuevas prioridades y métodos de trabajo para garantizar la sostenibilidad y proyección futura del foro.
Con el testigo ya en manos de España, el objetivo ahora es preparar la Cumbre de 2026 con la participación activa de todos los países iberoamericanos, buscando un consenso en torno a los grandes desafíos globales que enfrenta la región, con un énfasis renovado en la cooperación y el compromiso mutuo.