Al final de su réplica, Alberto Núñez Feijóo se giró hacia la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, que había comparado un día antes, el 8 de julio en el Senado con el PP y Vox a degüello por una relación inexistente entre la expresidenta de Baleares y el comisionista y colaborador de la Guardia Civil Víctor de Aldama, y quiso entregarle cincuenta preguntas para Pedro Sánchez. “Espero no tener que presentar unas preguntas para ti”, le susurró. Una amenaza velada en toda regla a cuenta de lo que va diciendo por tertulias el imputado Aldama (caso Hidrocarburos de defraudación de 183 millones de euros a Hacienda) y el caso de la adjudicación de contratos de mascarillas del Ministerio de Transportes de José Luis Ábalos y su asesor Koldo García, excolaborador de la Guardia Civil.
A saber, que la UCO elabora un presunto informe sobre la presidenta del Congreso. Consultada ayer por este cronista, Armengol insistió en que ya es la segunda vez que acude al Senado y que el PP y Vox intentan imponer una versión fabricada que no se ajusta a la realidad. “Las preguntas que me quiso dar Feijóo para el presidente no las toqué, allí se quedaron hasta que las recogió un bedel”, apuntó.
En la campaña electoral de Bill Clinton de 1992, James Carville, uno de sus principales gurús, convenció al candidato del Partido Demócrata de que era necesario hacer girar la campaña en torno a un lema: “¡Es la economía, estúpido!”.
No sabemos si el Partido Popular ha transformado ese mensaje en: “¡Es la prostitución, estúpido!”, pero lo cierto es que ya en el congreso del PP, el pasado fin de semana, la idea de la prostitución surgió de la boca de José María Aznar, quien denunció la “golfería estructural… con una política prostituida que degrada el servicio en provecho”, concibe el Estado “como botín” y “la nación como moneda de cambio”.
Feijóo cogió la palabra botón pero, sobre todo, emprendió un ataque feroz porque Sánchez habló de ambos, de él y de Feijóo. El solo hecho de que hiciera esta alusión le puso furioso. “Ha tenido usted el cuajo de compararse conmigo”, le espetó Feijóo. «¿Pero con quién está viviendo usted? ¿De qué prostíbulos está viviendo usted? Ha sido partícipe a título lucrativo del negocio de la prostitución».
Desde luego no se trató de una improvisación. Y no solo porque Aznar se lanzó al ruedo con la prostitución en el congreso del PP. Porque al día siguiente, este jueves, el PP profundizó al justificar el tema de la prostitución.
Precisamente, la flamante portavoz en el Congreso, Ester Muñoz, demostró en declaraciones que el tema ha merecido una larga reflexión dentro de la cúpula del PP.
Según explicó, “la familia de la mujer de Pedro Sánchez tenía negocios de saunas prostíbulos de los cuales se ha beneficiado el presidente del Gobierno porque los pisos donde ha vivido y que ahora tiene alquilados y por el que reciben una remuneración, han sido pagados con los rendimientos de esas empresas”.
Muñoz explicó así, más pedagógicamente, lo que Feijóo quiso decir cuando utilizó una fórmula del Derecho Penal –ya se sabe que estamos en un Estado Judicial- como lo es la de ser partícipe a título lucrativo. Se trata de aquella persona o entidad que se beneficia de los efectos de un delito sin haber participado en su comisión y sin conocer el origen ilícito de los bienes. Es decir, obtiene una ventaja o beneficio de manera gratuita, sin haber realizado ninguna acción para cometer el delito.
El PP y dirigentes del partido saben qué es porque fueron condenados por ello en diversas sentencias, la más importante es la trama corrupta del caso Gürtel. Pero quizás por bisoñez, por incompetencia, o por ambas cosas abiertas a la vez, han abierto un flanco madrileño.
¿Por qué?
Veamos.
Pedro Sánchez no está penalmente acusado de beneficiarse de los beneficios que pudiese obtener su esposa Begoña Gómez, entre otras cosas porque el negocio de su padre era legal. No hay caso. Pero sí hay caso con la pareja Alberto González Amador-Isabel Díaz Ayuso. Porque González Amador está procesado por defraudar a Hacienda 350.951 euros en los ejercicios 2020 y 202. Y con parte de ese dinero, la pareja de Díaz Ayuso adquirió un ático encima del domicilio en el barrio madrileño de Chamberí en el que vivía. Y a ese edificio, donde está el piso y el ático, se mudó su pareja Díaz Ayuso. Que se sepa no paga alquiler en la parte proporcional que le correspondería.
Por tanto, siguiendo el razonamiento impecable de Ester Muñoz -no para Sánchez porque nadie acusa a Begoña Gómez ya su familia de realizar negocios ilícitos- para González Amador-Díaz Ayuso, sí, en efecto, González Amador se sienta en el juicio oral y es condenado por dos delitos fiscales y por crear un entramado de empresas y testaferros que emitían facturas falsas, pues Houston, perdón, Isabel, tenemos un problema. Porque con el producto de la defraudación se compró el piso y ático donde vive -y lo hace a mucha honra porque ha denunciado lo que le pasa a su pareja como una operación de Estado contra ella y ha rechazado que se trate de delitos fiscales- y se ha “beneficiado” que diría Ester Muñoz, de los rendimientos” de esa operación.
En fechas muy próximas conoceremos el escrito de acusación de la Fiscalía de Madrid sobre los dos delitos fiscales y las falsedades que llevaron al procesamiento de González Amador. Y la figura del partícipe a título lucrativo, por tanto, estará más de moda todavía.
Once años después Feijóo ha recurrido a una información que fue recogida en un audio que grabó el comisario José Manuel Villarejo en uno de sus despachos regulares con el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez. Eso fue el 22 de agosto de 2014. Villarejo dijo de Pedro Sánchez, secretario elegido general del PSOE el 26 de julio de 2014: «Esto lo mata».