El ‘sí, quiero’ de Cervantes y Catalina de Salazar en Esquivias, el pueblo toledano que inspiró ‘El Quijote’

La localidad celebra el 439 aniversario de la boda del genial escritor y la hidalga esquiviana en las llamadas Jornadas Cervantinas

Desde 1979, el pueblo toledano de Esquivias celebra cada año de forma ininterrumpida las Jornadas Cervantinas, un evento que conmemora la boda de Miguel de Cervantes Saavedra con Catalina de Salazar y Palacios, que tuvo lugar en este municipio el 12 de diciembre de 1584. Catalina, vecina esquiviana, y Cervantes, vecino madrileño, culminaron su historia de amor en este pequeño pueblo y se desposaron prometiéndose amor eterno.

Este año, Esquivias celebra el 439 aniversario de este acontecimiento y lo hace por todo lo alto, convirtiendo la localidad en un destino atractivo para todos los públicos. Del 6 al 12 de diciembre, el pueblo acoge una amplia variedad de actividades como actuaciones de teatro, conciertos, conferencias, mercadillos y juegos infantiles. “Lo bonito de este evento es que los vecinos están muy contentos y ayudan a que las jornadas sean mucho más motivadoras y se celebren como se merecen”, ha señalado la alcaldesa de Esquivias, Almudena González, a Fuentes Informadas.

Almudena nos ha contado, además, que Esquivias ha conseguido que estas jornadas sean declaradas de Interés Turístico Regional desde el año 2015, lo que supone un gran orgullo para el pueblo. La alcaldesa se ha mostrado muy agradecida por el hecho de que Pepe Rodríguez, conocido cocinero y presentador de televisión, haya sido el encargado de pronunciar el pregón inaugural de estas jornadas. “Pepe es una gran persona y toda la región está muy orgullosa de él”, ha sentenciado.

Acto central

El acto principal de las Jornadas Cervantinas se ha celebrado este 8 de diciembre con la escenificación de los desposorios de Cervantes y Catalina por las calles y plazas de Esquivias. Concretamente, más de 120 vecinos y vecinas han participado como actores y han recreado varias escenas de la época cervantina en los distintos rincones históricos de la localidad con un único objetivo: honrar a Don Miguel de Cervantes y a su matrimonio con la joven hidalga esquiviana. 

La pedida de mano, uno de los actos más relevantes de las jornadas, logró captar la atención de una multitud de esquivianos y vecinos de alrededores gracias a su excelente teatralización.

Juan Martínez, actor que interpreta a Miguel de Cervantes, y Paula Pomares, actriz que encarna a Catalina de Salazar, coinciden en que es “un honor y un privilegio” desempeñar estos papeles. “Representar a alguien que significa tanto me intimida un poco, pero es todo un orgullo”, confiesa Pomares a Fuentes Informadas.

Tras este significativo acto, los vecinos de la localidad acompañaron a los novios en su camino al gran acto final, el de la boda. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción fue el punto de encuentro donde una multitud de vecinos y vecinas esperaban con ansias la llegada de don Miguel de Cervantes y Doña Catalina de Salazar, que iban a desposarse en cuestión de minutos.

Otras representaciones

Como en ediciones anteriores, las Jornadas Cervantinas no se han olvidado de representar las típicas escenas que se vivían allá por el año 1584 en Esquivias, lugar que sirvió como inspiración a Cervantes para escribir El Quijote. Los típicos chismorreos de las lugareñas o la venta de un majuelo a Alonso Quijada, así como las riñas entre dos familias enfrentadas por el valor de sus apellidos han sido escenas protagonistas de estas jornadas.

Historia de Cervantes y Catalina

En 1584, Miguel de Cervantes viaja a Esquivias para entrevistarse con Juana Gaitán, viuda de su amigo el poeta Pedro Laínez, e intentar publicar su obra póstuma, “El Cancionero”. Allí, Cervantes conoce a Catalina e inician un noviazgo relativamente corto, ya que contrajeron matrimonio el 12 de diciembre de ese mismo año en la Iglesia Parroquial de Esquivias.

En ese momento, Catalina tan solo contaba 19 años de edad, mientras que Cervantes tenía 37 y se presentaba ante la orgullosa familia esquiviana como un hombre maduro.

El matrimonio duró 32 años, hasta que el 22 de abril de 1616 el Príncipe de los Ingenios encontró la muerte. Vivieron en Madrid y Valladolid, pero también en Esquivias, donde el escritor se inspiró para crear El Quijote.

Cervantes y Catalina no tuvieron hijos. El escritor tenía una hija, Isabel de Saavedra, con Ana de Villafranca, mujer de un tabernero de Madrid con la que mantuvo una relación antes de su llegada a Esquivias. Pero Catalina termina ejerciendo como madre de Isabel a la muerte de Ana de Villafranca y queda demostrado su afecto cuando ejerce como madrina de las velaciones de la hija de Cervantes.

Cervantes y su vinculación a Esquivias

Después de su casamiento, Cervantes y Catalina vivieron durante tres años en este pequeño pueblo toledano, un lugar donde, según varios historiadores, encontró a algunos de los principales personajes de sus obras. Es el caso de Sancho Panza, el morisco Diego Ricote, el bachiller Sansón Carrasco, el Vizcaíno, Juana Gutiérrez, Mari Gutiérrez y Teresa Cascajo.

Esquivias conserva además la casa en la que vivió el ilustre escritor junto a su esposa Catalina. La casa perteneció, como consta en el escudo de su fachada principal, al hidalgo Don Alonso Quijada de Salazar, miembro de la familia de los Quijadas, ricos terratenientes esquivianos. 

En 1971 fue declarada Monumento Histórico-Artístico y en 1991 comenzaron las obras de restauración para la adquisición de nuevos inmuebles. Finalmente, la Casa Museo de Cervantes fue inaugurada el 12 de diciembre de 1994, coincidiendo con la celebración del aniversario del matrimonio entre Catalina de Palacios y Miguel de Cervantes, que lleva celebrándose en Esquivias desde 1979.