Aunque se intente ponerle sordina a los desvaríos, que escribía Machado, los españoles estamos sufriendo mucho con el tema de la amnistía y otras lides. Ese dolor tiene un plus, en los que nos sentimos cristianos, causado por la indiferencia escorada de los que guían espiritualmente nuestros pasos.
Nunca será entendible desde la razón aristotélica que haya jueces, fiscales, magistrados en general, progresistas o conservadores. La aplicación de la ley debe entenderse de la misma manera, si no se quiere llegar a esta confusión insoportable de no saber, ante un delito, de qué lado estará el enjuiciador.
Todavía nos parece más punzante que esta ambigüedad se traslade al seno de la Santa Madre Iglesia. Que yo sepa, los obispos catalanes exigen propósito de enmienda al penitente que pide la absolución… menos a los independentistas. El capítulo 3 del Apocalipsis es meridianamente claro: “Como eres tibio, te vomitaré de mi boca”. En España, depende del sitio donde vivas, los obispos del lugar otorgan o recriminan… Yo no entiendo nada. Y bien que lo siento.