Un reciente estudio del CS Mott Children’s de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ha constatado que el 66% de los padres afirma que sus hijos de 5 a 12 años utilizan dispositivos de audio personales. De estos, la mitad pasa al menos una hora diaria con ellos, y uno de cada seis niños llega a utilizarlos durante dos horas al día. Esta tendencia, según expertos, podría incrementar los problemas de audición en los niños debido al excesivo uso de auriculares.
La pediatra de Mott y codirectora de la encuesta de Mott, Susan Woolford, destaca: “En los últimos años nos ha preocupado sobre todo el uso excesivo de los dispositivos de audio por parte de los adolescentes. Pero los auriculares se han vuelto cada vez más populares y prevalentes entre los niños más pequeños, exponiéndolos a ruidos más intensos de forma regular”.
Los resultados del informe indican que los niños son más propensos a usar estos dispositivos en casa, en la escuela y en el coche. Aproximadamente el 25% de los padres menciona que sus hijos ocasionalmente usan auriculares en aviones, mientras que menos del 10% dice que los utilizan en el autobús, al aire libre o en la cama. Asimismo, la mitad de los padres coincide en que los auriculares ayudan a mantener entretenidos a sus hijos.
La Academia Estadounidense de Pediatría emitió una declaración en 2023 en la que instó a reducir los riesgos del ruido para los niños, al evidenciar que estos podrían estar más expuestos a través de dispositivos de escucha personales. Susan Woolford subraya la importancia de monitorear y ajustar el volumen y el tiempo de uso de estos dispositivos.
Woolford recomienda seguir la regla 60/60: los niños deben limitarse a no más de 60 minutos de dispositivos de audio al día, a no más del 60% del volumen máximo. Según la experta, es poco probable que niveles de sonido inferiores a 70 dBA causen daños relacionados con el ruido.
Para reducir el riesgo de pérdida auditiva, los padres pueden establecer horas específicas para el uso de dispositivos de audio, verificar la información en los paquetes de los dispositivos para identificar productos que limiten el volumen y evitar el uso de dispositivos con cancelación de ruido en situaciones donde la percepción del sonido sea crucial para la seguridad.
Los padres también deben promover momentos diarios “libres de dispositivos” y alentar a los niños a disfrutar de la música a bajo volumen en lugar de usar auriculares. Además, se recomienda evitar el uso de dispositivos de audio personales durante el sueño o antes de dormir.
En caso de preocupación por posible pérdida auditiva, se aconseja consultar con un pediatra, un audiólogo o un otorrinolaringólogo para una evaluación adecuada. Woolford destaca que los primeros signos de pérdida auditiva pueden incluir la necesidad de repetición, escuchar ruidos similares con frecuencia, retraso en el habla o falta de reacción ante ruidos fuertes.