El agotamiento crónico es bastante común, pero es tratable

24 de diciembre de 2025
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Cansancio / Europa Press

Sin tratamiento, los casos graves pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes

Descubrir por qué una persona se siente cansada con frecuencia suele requerir un pequeño trabajo de investigación. Así lo explica la doctora Shannon Sullivan, especialista en medicina del sueño de la Universidad de Stanford, quien señala que el origen de la fatiga no siempre es evidente y puede responder a múltiples factores.

En algunos casos, el problema está relacionado con la rutina de sueño y pequeños ajustes pueden marcar la diferencia. En otros, la causa puede ser una afección médica o incluso el efecto secundario de determinados medicamentos. La buena noticia, según la doctora Sullivan, es que en la mayoría de los casos es posible identificar el origen del cansancio y tratarlo, lo que ayuda a mejorar notablemente la calidad de vida. “Es una parte de la medicina con mucha esperanza”, afirma.

El primer paso consiste en analizar si realmente se está durmiendo lo suficiente y revisar los hábitos de sueño es fundamental. Conviene preguntarse si se ha alterado recientemente el horario habitual, si se atraviesa un periodo de estrés o si se mantienen rutinas irregulares. Dormir al menos siete horas por noche y acostarse y levantarse a la misma hora todos los días es clave. Al igual que ocurre con los niños pequeños, la constancia mejora la calidad del descanso, según informa El Diario de Chihuahua.

También influyen ciertos hábitos cotidianos. Tomar café por la tarde, consumir alcohol por la noche, utilizar el móvil antes de dormir o comer justo antes de acostarse puede perjudicar el sueño. El horario de las comidas es especialmente importante y se recomienda cenar al menos dos o tres horas antes de ir a la cama para favorecer un descanso reparador.

Trastorno del sueño

En cualquier caso, si los problemas de sueño persisten, es aconsejable consultar a un médico. La doctora Kara Dupuy-McCauley, neumóloga y especialista en medicina del sueño de la Clínica Mayo, subraya que un especialista puede ayudar a mejorar los hábitos de descanso y evaluar si existe algún problema subyacente. Para ello, tendrá en cuenta los síntomas, el historial médico y los antecedentes familiares.

Asimismo, los trastornos del sueño son frecuentes y pueden provocar somnolencia diurna y una sensación constante de agotamiento. Uno de los más comunes es el insomnio. Aproximadamente el 30% de los adultos en el mundo tienen dificultades para conciliar el sueño, mantenerlo o ambas cosas. Puede tratarse de un problema puntual, relacionado con el estrés o el jet lag, pero si los síntomas aparecen al menos tres veces por semana durante tres meses o más, podría considerarse insomnio crónico. El tratamiento dependerá de la causa, aunque en muchos casos la terapia cognitivo-conductual resulta más eficaz que la medicación.

Otro trastorno habitual es la apnea obstructiva del sueño. Se produce cuando los músculos de la garganta se relajan en exceso durante el descanso y bloquean el paso del aire, provocando interrupciones repetidas de la respiración. Algunas personas apenas notan síntomas, mientras que otras roncan, se despiertan con sensación de ahogo o experimentan somnolencia durante el día.

Sin tratamiento, los casos graves pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes. El diagnóstico puede realizarse mediante dispositivos portátiles y el uso de una máquina CPAP suele ser un tratamiento eficaz.

El síndrome de piernas inquietas es otra posible causa de alteraciones del sueño. Se caracteriza por una sensación incómoda en las piernas y una necesidad imperiosa de moverlas, especialmente por la noche, lo que dificulta conciliar el sueño. Masajear las piernas, reducir o evitar el consumo de alcohol y cafeína, y tratar posibles deficiencias de hierro puede ayudar a aliviar los síntomas.

Causa fatiga

Más allá de los trastornos del sueño, existen otras causas que pueden explicar la fatiga persistente. Entre ellas se encuentran los desequilibrios hormonales, como el hipotiroidismo, una afección en la que la glándula tiroides produce una cantidad insuficiente de hormonas. Según la doctora Susan Samson, endocrinóloga de la Clínica Mayo, es un problema relativamente fácil de detectar y tratar mediante análisis de sangre.

Las deficiencias de vitaminas y minerales también son una causa frecuente de cansancio. La falta de hierro, más común en personas que menstrúan o siguen dietas vegetarianas o veganas, así como niveles bajos de vitamina D o B12, pueden provocar fatiga. Los análisis de sangre permiten identificar estas carencias y el uso de suplementos puede resultar útil.

Asimismo, muchas enfermedades crónicas presentan el cansancio como síntoma principal. La diabetes, la depresión, las enfermedades gastrointestinales y la COVID persistente son algunos ejemplos. El síndrome de fatiga crónica, también conocido como encefalomielitis miálgica, provoca un agotamiento profundo y debilitante. No tiene cura, aunque sus síntomas pueden tratarse.

Por último, conviene tener en cuenta que numerosos medicamentos, entre ellos antidepresivos, benzodiazepinas y antihistamínicos, pueden causar somnolencia y fatiga como efecto secundario.

Aunque todo este proceso pueda parecer abrumador, los expertos coinciden en que, en la mayoría de los casos, es posible encontrar la causa del cansancio. “Siempre es buena idea acudir al especialista del sueño”, concluye la doctora Dupuy-McCauley.

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