El Teatro Real vibró este miércoles, 28 de mayo, con una explosiva y emotiva puesta en escena de Las indias galantes, una ópera-ballet que rompió moldes al unir la elegancia de la música barroca con la potencia de la danza urbana. La producción, que celebra la vida y la diversidad cultural, emocionó al público desde el primer momento y culminó con una ovación en pie.
Durante más de dos horas, el espectáculo rompió la cuarta pared para envolver por completo a los asistentes: músicos que aparecían desde los pasillos, cantantes que surgían entre el público, y un flujo constante entre escenario y sala que multiplicó la intensidad emocional. La propuesta superó los límites del género operístico tradicional para ofrecer una experiencia inmersiva y sensorial que conectó con todas las formas de expresión artística.
La obra, basada en la ópera de Jean-Philippe Rameau, contó con la dirección musical de Leonardo García-Alarcón y la vibrante coreografía de Bintou Dembélé, pionera de la danza urbana en Francia. Al finalizar, García-Alarcón definió la velada como “un día histórico” y destacó el poder del arte como herramienta de paz: «La música es el único milagro cotidiano», dijo, provocando una oleada de aplausos.
Esta innovadora producción tiene sus raíces en el montaje de la Opéra National de Paris de 2019, y ha llegado a Madrid tras su reciente estreno en la capital francesa. El espectáculo podrá verse en cuatro funciones entre el 28 de mayo y el 1 de junio, con la participación de Cappella Mediterranea, el Chœur de Chambre de Namur, y un elenco vocal de primer nivel.
En el corazón de la representación está el colectivo de danza urbana Structure Rualité, que traduce la partitura barroca en movimientos viscerales a través del krump, el hip-hop, el voguing y el flexing. Esta fusión ha generado una simbiosis tan inesperada como poderosa entre la música del siglo XVIII y los lenguajes del siglo XXI.
Las indias galantes renace así con una nueva identidad: irreverente, vibrante y profundamente humana, uniendo pasado y presente en un espectáculo que sacude tanto el alma como el cuerpo.