El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, y los restos de miembros de la dirección del partido han empezado este lunes a la reunión que se celebra en Perpignan (Francia) para decidir si rompen con el PSOE, decisión que probablemente someterán a votación de la militancia.
La ejecutiva ha defendido por unanimidad romper con el PSOE, en un encuentro que ha empezado sobre las 10 y ha terminado a las 13.15 horas.
Dicho así parece un asunto trascendente para la política española porque de los siete votos de Just depende el Gobierno y su labor, es decir, depende la continuidad de Pedro Sánchez como presidente. Pero calma que aquí, en Perpignan, hay mucho teatro del bueno al que ya nos tiene acostumbrados Puigdemont y los suyos que desde que llegaron ‘al poder’ con el Gobierno sanchista están en un permanente amagar y no dar a cambio de concesiones y prebendas.
Lo que sucede ahora y lo que justifica esta ‘cumbre’ del prófugo y los suyos es que en Junts el agobio crece porque la ultradrecha independentista les está comiendo la tostada y les gana terreno, sobre todo en los territorios pequeños y del interior, con una política mucho más radical y Puigdemont sabe que tiene que mover ficha o se enfrentan a un desastre electoral.
Los indepentistas catalanes ni siquiera tienen claro cómo hacer esta ruptura porque está la rama dura que quiere meter el elefante en la caharrería, y están los los más moderados que piensan que como Sánchez no van a vivir en ningún sitio. Su estrategia ha sido siempre la amenaza y les ha ido bien salvo en dos asuntos: la amnistía de Puigdemont para regresar a España y la oficialidad del catalán en las instituciones europeas, dos asuntos que se escapan de la decisión de Pedro Sánchez, por mucho que lo ha intentado y lo intenta.
Otras cuestiones que Junts pone sobre la mesa en el papel de los incumplientos como las competencias en materia de inmigración choca con intereses constitucionales y el rechazo frontal de la oposición y de parte de sus socios de Gobierno.
Puigdemont ha llegado al lugar de la reunión pocos minutos después de las 9.00 horas así como el resto de miembros de la cúpula de Junts y hay que reconocer que la expectación es de alto nivel para un encuentro que según consta en el orden del día, hará balance del acuerdo de Bruselas y se abordarán también las «acciones a emprender».
Hablen lo que hablen, y acuerden lo que acuerden, la ruptura con el PSOE, que como tal parece más que probable para hacerle la vida ‘imposible’ en el Congreso, no tendría consecuencias mayores para un Gobierno acostumbrado a moverse en las turbulencias salvo que se plantease una moción de censura. La acción de bloqueo en las Cámaras no soltará al sanchismo de la rama del poder por mucho que la zarandeen convencido como están de seguir adelante aún sin Prespuestos.
Igual que en la serie de Miguel Ángel Silvestre y Amaia Salamanca en la que avisan que ‘Sin tetas no hay paraíso’, cualquier decisión de los independentistas que no pase por una moción de censura será poco más que papel mojado y esta decisión es bastante improbable porque las bases prefieren a un Sánchez entregado y conocido que a un Feijóo del que, en teoría, no esperarían que sus propuestas tomasen cuerpo.
Según consta en el orden del día del encuentro, se hará balance del acuerdo de Bruselas y se abordarán también las «acciones a emprender», y se prevé que haya una comparecencia pública a las 17.00 horas.