El salvadoreño Nayib Bukele, el hombre que acabó con las maras asesinas y que muchos hispanos querrían tener de presidente

30 de julio de 2025
4 minutos de lectura
Bukele
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, con su familia | EP
«El poder sin sabiduría es destructivo; la sabiduría sin poder es estéril. La combinación ideal es un líder sabio con poder, que lo use para el bien de su pueblo». — Armando Bukele Kattán, padre de Nayib Bukele.

La trayectoria de Nayib Bukele, incluso desde su juventud, ha sido un reflejo de la fuerza honesta y ética que hoy lo impulsa en la presidencia. Criado en un ambiente de principios sólidos, heredó de su padre, el doctor Armando Bukele Kattán, no solo un espíritu emprendedor, sino también una profunda convicción sobre el servicio y la responsabilidad social.

Desde sus primeros pasos en la vida pública y privada, se percibía en él una inquietud genuina por las necesidades de su comunidad y un rechazo visceral a la injusticia y la corrupción.

Esta base ética, cimentada en valores de integridad y rectitud, ha sido el motor que lo ha llevado a emprender las transformaciones más ambiciosas en beneficio de su amado El Salvador.

Su ascenso no fue el de un político tradicional, sino el de un líder emergente que, desde temprano, demostró una voluntad inquebrantable de romper con los viejos esquemas y construir un futuro más próspero y justo para su país.

Capacidad para gobernar y seguridad

El presidente Bukele ha demostrado una notable capacidad para gobernar, marcada por una voluntad política férrea y una ejecución decidida.

Su estrategia más comentada y de mayor impacto ha sido, sin duda, la lucha frontal contra las pandillas o maras y la delincuencia. A través de iniciativas como el Plan Control Territorial y el régimen de excepción, ha logrado desarticular estructuras criminales que por décadas aterrorizaron al país, llevando la tasa de homicidios a mínimos históricos y devolviendo la paz a comunidades enteras.

Esta audaz estrategia ha sido reconocida por su efectividad en la pacificación de un país previamente asolado por la violencia.

Un liderazgo carismático, ético y triunfador frente a la adversidad

Nayib Bukele no es solo un presidente; es un hombre carismático que ha sabido conectar de manera profunda con su gente.

Su liderazgo va más allá de lo político; es el de un aliado de la honestidad, un hombre ético por convicción moral y la educación inquebrantable que recibió de su padre.

Es un hombre triunfador que ha demostrado que no necesita recurrir a la corrupción, pues su accionar se guía por principios firmes. De hecho, como muestra de su compromiso personal y desapego al beneficio propio, ha donado su salario para la educación y becas escolares, una acción que resalta su dedicación a las futuras generaciones de El Salvador.

Esta integridad y su innegable éxito en la gestión han generado un sentimiento de orgullo y un apego profundo en el pueblo salvadoreño. Lo aman, lo cuidan y lo protegen, evidenciando un asentamiento popular que pocos líderes en la región pueden ostentar.

Este cariño y reconocimiento traspasan fronteras, al punto de que, en los ideales filosóficos de mucha gente de noble corazón, quisieran que él fuera el presidente de toda Latinoamérica, anhelando replicar su modelo de transformación en otras naciones.

Además, su firmeza y transparencia lo han convertido en un enemigo declarado para los dictadores y aquellos que se benefician de la opacidad.

Aun cuando le han tendido trampas en su camino para desprestigiarlo, él siempre logra demostrar la verdad, porque es un hombre que va derecho, con la honestidad y la ética como sus principales armas.

Para resguardarse de los tiranos de la región, él sabe cómo actuar y cómo respaldar su actuación, demostrando ser un visionario y un hombre dinámico que está haciendo el bien, movido por un corazón bueno.

Tal como se dice en la Biblia: por sus actos los conoceréis. Y por los actos de Nayib Bukele, se sabe claramente quién es Nayib Bukele.

Pensamiento moderno, desarrollo nacional y servicios públicos

El pensamiento de Bukele se distingue por una clara orientación hacia la modernidad y la innovación. Ha impulsado una agenda de digitalización y eficiencia gubernamental, buscando integrar la tecnología en la gestión pública para hacerla más ágil y transparente.

Su visión para El Salvador no es solo de seguridad, sino de llevar al país a un estándar de excelencia en calidad de vida, promoviendo el desarrollo económico y social a través de proyectos ambiciosos.

Una de sus frases más emblemáticas, «El dinero alcanza cuando nadie roba», encapsula su firme compromiso con la persecución de la corrupción.

No solo ha implementado políticas efectivas para no tener gente corrupta en sus equipos de gobierno, sino que ha saneado las finanzas públicas y redirigido los recursos hacia donde realmente se necesitan: el bienestar del pueblo.

Es un hombre que sabe usar los recursos y sacar provecho de los bienes de la nación para beneficio de la propia nación.

Bajo su administración, se han visto avances significativos en obras de infraestructura que buscan sentar las bases para el desarrollo a largo plazo. Desde la mejora de carreteras hasta la inversión en puertos y aeropuertos, cada proyecto busca modernizar la nación y atraer inversión.

En el ámbito social, ha habido una notable mejora en la educación y en la infraestructura de los planteles educativos, creando ambientes más propicios para el aprendizaje.

Asimismo, la salud ha experimentado mejoras sustanciales en hospitales y clínicas, garantizando un acceso más digno y efectivo a los servicios médicos. En general, la calidad de los servicios públicos ha sido una prioridad, demostrando que con una gestión honesta y eficiente es posible transformar la realidad de la población.

Un hombre formidable, un presidente ideal

Nayib Bukele es, en efecto, un hombre realmente formidable. Un líder decidido, innovador y enfocado en resultados, cuya capacidad para conectar con la población, su firmeza ante los desafíos y su visión de una nación próspera y segura, lo consolidan como una figura central en el panorama político actual. Su legado se construye día a día sobre las bases de un país que, bajo su guía, aspira a la excelencia y a una mejor calidad de vida para todos sus habitantes.

Es el tipo de hombre que cualquier padre quisiera de hijo, cualquier persona desearía como hermano, y sin duda, cualquier nación anhelaría tener como presidente.

«El bien común es el único propósito verdadero de todo liderazgo, y solo se alcanza con honestidad y el trabajo incansable por los que más lo necesitan». — Armando Bukele Kattán, Padre de Nayib Bukele.

Dr. Crisanto Gregorio León, profesor Universitario

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