Comparado por algunos científicos con un cambio de aceite en los automóviles, el intercambio de plasma sanguíneo se está abriendo paso como un tratamiento prometedor dentro del mundo de la longevidad.
Esta técnica, conocida como plasmaféresis, promete eliminar residuos biológicos acumulados con el paso del tiempo y podría ralentizar el envejecimiento en humanos, según un nuevo y limitado estudio publicado por la revista Aging Cell.
A diferencia de otros procedimientos médicos más conocidos, esta terapia implica extraer la sangre del paciente, separar el plasma y reemplazarlo por una solución de proteínas y salina, o incluso plasma de donante. Aunque ya es un tratamiento aprobado para enfermedades autoinmunes y neurológicas, su uso con fines antienvejecimiento aún no está respaldado por suficiente evidencia clínica.
Un ensayo reciente patrocinado por Circulate Health, una startup dedicada a esta técnica, mostró que 42 personas sanas, con una edad promedio de 65 años, experimentaron una reducción en su edad biológica tras varias sesiones, informa Diario de Chihuahua.
Aquellos que recibieron albúmina y anticuerpos mostraron un rejuvenecimiento biológico estimado de hasta 2,6 años. Sin embargo, el estudio fue breve, con una duración de solo tres a seis meses, y no incluyó un seguimiento prolongado.
Pese a estos indicios alentadores, numerosos científicos permanecen escépticos. “No hay pruebas contundentes de que estas terapias prolonguen la vida o mejoren la salud a largo plazo”, afirmó el Dr. Jeffrey Winters, de la Clínica Mayo. Además, el procedimiento conlleva riesgos como anemia, reacciones adversas y, en algunos casos, infecciones si se utiliza plasma de donantes.
Otra preocupación planteada es que el efecto del tratamiento podría estabilizarse con el tiempo, como sugieren los datos del estudio, en los que los beneficios parecían disminuir tras varias sesiones. Esto hace que muchos expertos duden de su viabilidad como estrategia sostenida contra el envejecimiento.
Por el momento, la plasmaféresis representa una frontera experimental más que una solución definitiva. Aunque promete beneficios teóricos, aún está lejos de ser una herramienta confiable para prolongar la vida humana. Como recalcan los expertos, es imprescindible contar con ensayos más amplios, diversos y duraderos antes de considerar este tratamiento como algo más que una esperanza costosa en el mercado de la longevidad.