Investigadores de prestigio han concluido en que el perfume evoca el carácter moral de las personas. Determinadas tribus amazónicas tienen la facultad de conocer, por la exhalación de su perfume, si el que tiene delante es amigo o enemigo.
Sin llegar a tanto, para la política, los negocios o cualquier otra actividad que defina nuestra andadura, se precisa buen olfato que puede conseguirse gracias a la inteligencia o haber experimentado continuos fracasos.
En el PP no se percibe coraje, pasión para enfrentar y hacerle cara a las consecuencias de una democracia mordida y esperpéntica como se está viviendo en España. Menos nosotros, el mundo nos ve como un ridículo organizado, sin sangre en el de enfrente para combatirlo, sin el olfato necesario para echar abajo esta desmesura. Jefes del PP, dejen “suelta” a Cayetana Álvarez de Toledo y a las muchas mujeres en el Partido que se comerían el mundo destrozado que nos están imponiendo.
Insisto en que aquí parece que no pasa nada, ¡con lo que está pasando!
pedrouve