Hoy: 23 de noviembre de 2024
El Papa Francisco ha urgido a trabajar incansablemente para que los niños que viven en países afectados por la guerra “recuperen la capacidad de sonreír“, mientras denuncia la “indiferencia” y “el descarte” hacia los más vulnerables.
Durante su encuentro con los participantes en el Capítulo General de los Hermanos de la Educación Cristiana de Ploërmel, el Papa lamentó el impacto devastador de los conflictos bélicos en la infancia, enfatizando que estos hacen que los niños pierdan la sonrisa. En este sentido, instó a la congregación a ayudar a los más jóvenes “a revivir sus sueños, a creer en ellos y a realizarlos”.
El Francisco recordó la labor esencial de esta congregación fundada por el venerable Jean-Marie de La Mennais y el padre Gabriel Dashayes hace dos siglos, exhortándolos a continuar su misión, especialmente en aquellos lugares donde la pobreza, el desempleo juvenil y las crisis sociales son desenfrenadas. En estos entornos desafiantes, Francisco resaltó la importancia de mostrar un rostro “amoroso y compasivo” de Dios a través del cuidado y la educación de los niños y jóvenes.
Dirigiéndose a los religiosos presentes, el Papa subrayó la necesidad de ser siempre servidores de la ternura y la misericordia divina, exhortándolos a evitar actitudes de orgullo, cerrazón, división y chismes. En este contexto, hizo un llamamiento especial a trabajar para que los niños afectados por la guerra puedan recuperar la alegría y la esperanza perdidas, subrayando la importancia de su bienestar emocional en medio de la adversidad.
Francisco concluyó su intervención instando a los religiosos a practicar la contención y la compasión en sus interacciones diarias, recordando que los chismes pueden causar un gran daño a las comunidades religiosas y exhortando a cada uno a reflexionar antes de hablar sobre los demás.