Francisco aboga por el reconocimiento de las madres y su cualidad única de “ternura”, resaltando su capacidad para “infundir la paz” en un mundo que describió como “cada vez más implacable, sordo e indiferente a los sufrimientos y a las necesidades del prójimo”.
Durante un encuentro con una delegación de las Centinelas de la Sagrada Familia, un movimiento eclesial compuesto exclusivamente por mujeres, el Papa expresó la necesidad urgente de ternura en el mundo actual, una palabra que considera algunos desean eliminar del diccionario.
Francisco enfatiza la vocación específica e insustituible de las mujeres en la Iglesia, destacando la condición exclusivamente femenina de las Centinelas de la Sagrada Familia como un reflejo de la vocación de la Virgen María.
Al referirse a María como “ternura para Jesús” y su papel actual como “ternura para la Iglesia y para el mundo”, el Pontífice resalta que esta misma ternura es la vocación de una centinela. Agradeció las oraciones de este grupo por las intenciones del mundo, marcado por conflictos, violencia e indiferencia.
El Papa lamentó la dureza del mundo contemporáneo, caracterizado por su implacabilidad y sordera ante el sufrimiento ajeno. En este contexto, comparó la labor de las madres con la de las ‘Centinelas’, subrayando que ambas tienen la habilidad de superar obstáculos y conflictos, transformando la adversidad en oportunidades para renacer y crecer.