Hoy: 22 de noviembre de 2024
Una enfermedad “cierta y agravada” del ex alcalde y presunto contrabandista provocó el archivo provisional de unos de los procesos judiciales más largos de la judicatura española
A José Ramón Barral Martínez, alias ‘Nene’, empezaron a investigarlo por un presunto delito de contrabando de tabaco, en 1996; fue detenido en 2001, cuando quedó en libertad a la espera del juicio, pero hace un mes, la vista fue suspendida nuevamente por una enfermedad “cierta y agravada” del que fuera alcalde de Ribadumia durante 18 años.
El ya octogenario ‘Nene’ Barral debía haberse sentado en el banquillo el 26 de julio, pero no acudió y su defensa presentó un certificado médico, que aconsejó a la presidenta de la sala Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, Nélida Cid, archivar el caso provisionalmente y a la espera de la evolución del principal acusado, que fue operado recientemente.
El cuarto intento -en más de un cuarto de siglo- de enjuiciamiento de Barral, fracasó tras negarse el fiscal a que la vista se celebrase sin la presencia del encartado, alegando la “relevancia de su testimonio”, y tras ser certificada su enfermedad por un forense, a requerimiento de la magistrada Cid.
Barral fue apresado en 2001 y sigue sin poder ser juzgado, a sus 83 años; pese a que la Fiscalía considera que el ‘Nene’ era el jefe de una red internacional dedicada al contrabando de grandes cantidades de tabaco, y que la banda -muy jerarquizada y con funciones específicas para cada miembro- estaba formada por presuntos delincuentes portugueses, holandeses, suizos, croatas, estadounidenses, británicos y polacos.
La red del ‘Nene’, apelativo cariñoso de su madre, completaba su estructura con sendos grupos en las provincias de La Coruña y Pontevedra, siempre según las pesquisas policiales y la fiscalía.
Otra singularidad de la trama es que Barral habría compaginado su presunta actividad delictiva con su cargo de alcalde de Ribadumia, durante 18 años, por el Partido Popular, con quien ganó las elecciones en 1983 y se mantuvo como regidor hasta 2001, cuando el descubrimiento de un alijo ilegal de tabaco, dio al traste con su carrera política, tras ser detenido y puesto en libertad con cargos. José Ramón Barral Martínez fue uno de los alcaldes más influyentes del Partido Popular en las Rías Bajas.
El proceso más largo que un día sin pan
El Tribunal Supremo estima en unos 72 millones de euros el monto del negocio ilegal dirigido presuntamente por Barral, que habría establecido nexos con bandas internacionales y creada una red en España.
Para el Supremo, ‘Darío’, pseudónimo usado por José Ramón Barral, era el jefe de la organización y, que desde Galicia, dirigía una red esparcida por Navarra, Extremadura, Cataluña y Valencia , que se articulaba con presuntos delincuentes en Portugal, Grecia, Emiratos Árabes, China y Estados Unidos.
Varios de los cargamentos ilegales de tabaco procedían de Miami, Dubai, Grecia y Hong Kong y arribaban los puertos de Barcelona, Valencia y Sines, en Portugal.
“La defraudación cometida ha repercutido de forma grave en la economía nacional y perjudicado a una generalidad de personas”, asegura el auto del Supremo, que señala “la existencia de indicios claros de la comisión de delitos de contrabando de tabaco, falsedad y blanqueo de capitales”.
Pese a que autoridades policiales y judiciales consideraban a Barral un “peso pesado” del contrabando de tabaco, con tentáculos en medio mundo y capacidad para defraudar notables cantidades de dinero a Hacienda, José Ramón Barral Martínez no figuró en el primer gran sumario contra contrabandistas tabacaleros, instruido por el entonces juez de Cambados, José Luis Seoane, que realizó un trabajo “meritorio y detallado”, según fuentes jurídicas.
Seoane fue el primer juez que plantó cara a ‘os señores do fume’, pero 26 años después de aquella investigación, sigue pendiente determinar si el ‘Nene’ es un capo del contrabando o si el más reciente intento de juzgarlo mantendrá la incógnita.
Barral asume el estigma de contrabandista, pero se negó a pactar con la Fiscalía, reconociendo su actividad legal, a cambio de no entrar en prisión; entonces tenía 62 años y aquella investigación se había iniciado cinco años antes.
“Al ‘Nene’ le sobran tablas para aguantar lo que le echen”, asegura un viejo amigo de la infancia.
La serie Fariña
La popular serie televisiva Fariña, provocó muchas risas en Barral, especialmente el personaje de Nino Balbín; inspirado en su figura, pero con nombre distinto para evitar posibles demandas del afectado.
El ‘Nene’ sostiene que los jueces Pilar de Lara y José A. Vázquez Taín se “obsesionaran” con él y buscaran fórmulas para relacionarlo con actividades ilegales y su criterio no resulta extraño para los familiarizados con el caso porque hasta el Ministerio de Justicia desconoce el número exacto de magistrados por los que ha pasado el expediente Barral, en casi treinta años de investigaciones.
El juez Vázquez Taín consiguió detener a Barral, en 2001, tras el descubrimiento de cuatro contenedores que contenían 432 mil cajetillas de tabaco ilegal, en el puerto de Vigo.
Pero tras quedar en libertad, la instrucción duró poco más de dos décadas, con el resultado de una petición de 10 años y medio de prisión y una multa de 15 millones de euros por su presunta “actividad continuada introduciendo en España y en Europa tabaco de procedencia extracomunitaria”; usando barcos mercantes y pesqueros.
El Ministerio Público sostiene en su acusación que el ‘Nene’ ostentaba “la máxima capacidad de decisión de ese grupo, en territorio español”. Junto con Barral están imputados en el sumario, su hermano Feliciano, tres agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera y dos de la Guardia Civil.
El control ejercido por el presunto jefe de la trama era de tal calibre que las autoridades alemanas -que seguían los pasos de los miembros centroeuropeos de la banda- comunicaron a sus colegas españoles que un miembro del grupo había anulado un billete aéreo a la espera de recibir órdenes de Barral, que le indicó permanecer en Polonia, hasta nuevo aviso.
El cambio de planes de la banda obedeció a que Barral recibió un chivatazo, en los días previos, sobre una investigación abierta por Vigilancia Aduanera, dos de cuyos agentes trabajaban para la organización criminal.
Nené Barral debía haberse sentado en el banquillo el pasado martes 26 de julio pero su enfermedad facilitó que esquivara el banquillo, quizá para siempre. En este largo proceso ya fallecieron tres acusados y el principal testigo de la acusación; una trama que semeja el guion de una serie de suspense.