Hoy: 23 de diciembre de 2024
Las personas con historial familiar de enfermedades cardiovasculares podrían beneficiarse significativamente del consumo de pescado azul, según un estudio del Karolinska Institutet. Investigadores destacan la importancia de los ácidos grasos omega-3 presentes en variedades como el salmón, la caballa, el arenque y las sardinas.
Estos ácidos grasos, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), son esenciales para diversas funciones corporales y deben obtenerse a través de la dieta. Aunque estudios previos respaldan la relevancia de una dieta rica en omega-3 para la población en general, el nuevo estudio resalta su especial importancia en individuos con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
El equipo de investigación, liderado por la Dra. Karin Leander, exploró la interacción entre los antecedentes familiares y la ingesta de alimentos. Con datos recopilados de más de 40.000 personas sin enfermedades cardiovasculares, el estudio reveló que aquellos con antecedentes familiares y bajos niveles de ácidos grasos omega-3 presentaban un riesgo cardiovascular más elevado, superando el 40%.
“El estudio sugiere que las personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares tienen más que ganar si consumen más pescado azul que los demás”, afirma la Dra. Leander. Las mediciones objetivas de los niveles de EPA/DHA en sangre y tejidos respaldan la validez de estos hallazgos, al proporcionar un nuevo enfoque en la relación entre antecedentes familiares y consumo de pescado azul.
A pesar de ser un estudio observacional en un contexto con numerosos ensayos clínicos aleatorizados, los investigadores destacan la novedad de sus hallazgos. “Somos los primeros en estudiar el efecto de la combinación de los antecedentes familiares y la ingesta de pescado graso mediante mediciones de ácidos grasos”, afirma la Dra. Leander, y subraya la objetividad crucial de las mediciones en comparación con datos autodeclarados sobre hábitos alimentarios.