Hoy: 23 de noviembre de 2024
El consumo de pan en España ha experimentado una fuerte disminución en las últimas dos décadas, según datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). En el año 2000, el consumo promedio de pan por persona era de aproximadamente 50 kilos, mientras que en 2022 se redujo a 27,94 kilos, revelando una tendencia preocupante.
Este declive afecta especialmente al pan fresco, que representa el 79% del mercado, mientras que el pan industrial ha mantenido una evolución más estable en las últimas décadas.
El informe anual del MAPA señala que los hogares más pequeños formados por jóvenes y adultos independientes son los que han reducido significativamente su consumo de pan. Por otro lado, las personas retiradas son las mayores consumidoras de este alimento para uso doméstico, seguidas por parejas con hijos de edad media y mayores, y parejas adultas sin descendencia.
Razones detrás del fenómeno: el presidente de la Confederación Española de Panadería, Pastelería, Bollería y afines (Ceoppan), Eduardo Villar, enumera varias razones, que incluyen el mito de que el pan engorda, una comunicación deficiente por parte de los médicos, la influencia de las tendencias mediáticas y la aceleración de las comidas.
Impacto internacional: este descenso en el consumo de pan no es exclusivo de España, ya que se observa una tendencia similar en Francia y Alemania. Estos tres países son pilares del mundo del pan, lo que resalta la necesidad de adaptar el producto a los gustos y necesidades actuales.
El camino hacia la innovación: los consumidores buscan panes de mayor calidad, y los panaderos están respondiendo a esta demanda a través de distintas harinas y aportando información nutricional adicional. La innovación es clave para mantener el interés de los consumidores y superar la percepción negativa sobre el pan.