Vivek Murthy, cirujano general de Estados Unidos, pone en debate público un tema que, aunque conocido por la comunidad médica, permanece ignorado por muchos: el vínculo directo entre el consumo de alcohol y el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, según informa El Diario de Chihuahua.
El informe Alcohol and Cancer Risk. The U.S. Surgeon General’s Advisory, establece que el consumo de bebidas alcohólicas, desde vinos y cervezas hasta licores, incrementa el riesgo de padecer cáncer en órganos como la boca, esófago, hígado, colon y garganta, entre otros. Este informe destaca que al menos 100.000 casos de cáncer y 20.000 muertes anuales en EE. UU. están relacionados con el alcohol.
El oncólogo Moisés González, del Centro Universitario Contra el Cáncer en Monterrey, subraya que, si bien este problema no es nuevo, el llamado de atención de Murthy ayuda a generar conciencia. Sin embargo, una encuesta realizada en el estudio revela que menos de la mitad de los estadounidenses consideran al alcohol como un factor de riesgo, mientras que otros riesgos como el tabaco, la obesidad y la radiación ocupan mayor atención.
Aunque en ciertos estudios se ha señalado que pequeñas cantidades de alcohol, como una copa de vino tinto al día, pueden ofrecer beneficios para la salud, la evidencia apunta a que no existe un nivel seguro de consumo en relación con el riesgo de cáncer. Según el oncólogo Alan Reyes, del Instituto de Oncología Zambrano Hellion, incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El daño ocurre porque el alcohol genera una sustancia química llamada acetaldehído, que puede dañar el ADN y dificultar su reparación. Además, su combinación con el tabaco resulta especialmente peligrosa, ya que el alcohol potencia la absorción de los carcinógenos presentes en el cigarrillo. Las mujeres, debido a diferencias fisiológicas como menor contenido de agua en el cuerpo y mayor grasa corporal, tienen un riesgo aún mayor al consumir alcohol.
El alcohol es solo uno de los factores prevenibles asociados al cáncer. Especialistas como Reyes recomiendan un enfoque integral para reducir riesgos: mantener un peso saludable, consumir frutas, verduras y fibra, evitar carnes procesadas y, sobre todo, no fumar. De acuerdo con la clínica Mayo, estas prácticas, junto con la moderación o eliminación del consumo de alcohol, son esenciales para la prevención de esta enfermedad.
Aunque el informe de Murthy aporta datos contundentes sobre la relación entre el alcohol y el cáncer, expertos coinciden en que generar conciencia y fomentar hábitos saludables es clave para combatir este problema a nivel global.