El cinturón de castidad

17 de marzo de 2025
4 minutos de lectura
Cinturón de castidad.

En nuestro tiempo existen otras formas de sumisión ante el hombre

Nombrar el cinturón de castidad, nos retrotrae a unos tiempos, donde por culpa de la inseguridad del hombre, las mujeres se sometían a una tortura, que les afectaba físicamente, y lo más denigrante mentalmente, al poner en duda su virtud como mujer y esposa, así exponían, la raza dominante la desconfianza empleaba contra sus mujeres con ese artilugio, con el que creían protegerlas, y que en realidad lo que protegían, era su hombría y posesión sobre ellas.

Así podían ir a las guerras, durante sus largas ausencias, y salvar el honor y la fidelidad de sus mujeres. Les colocaban el cinturón de castidad y ellas lo admitían con sumisión, ellos se llevaban la llave y otros directamente soldaban la cerradura.

Ellas parecían enfermedades por infecciones, al no poderse asear, correctamente y muchas morían. Se colocaba en el bajo vientre y zona genital de la mujer, y permitía por un pequeño orificio la expulsión de la orina o sangre menstrual, pero impedía el acto sexual.

Parece ser, que era un artilugio creado en el siglo XII. Lo que nos demuestra hoy en día es, la falta de seguridad de algunos hombres que puede resultar peligrosamente, enfermiza.

En nuestro tiempo existen otras formas de sumisión ante el hombre. El fin es, no existir como mujer, en la calle ni en ningún lugar fuera de su hogar y taparse al máximo para ser invisibles a los ojos de los hombres, en casa podrás ser mujer, madre, abuela y niña, sin el menor riesgo y dentro de la intimidad familiar.

Me viene a la memoria, unas manifestaciones de algunas feministas, cuando expresaban, que la libertad de las mujeres se valoraba en poder salir sola, borracha y de noche, sin sufrir ataque alguno por parte de los «violadores hombres». «Madre mía» que concepto tan enquistado tienen algunas…

¿No han tenido, padres, hermanos, hijos, abuelos? También existen esas mujeres, que por el hecho del «pavoneo» se dedican a calentar el ambiente y así se sienten muy satisfechas por producir en ellos, esa provocación controlada, para así sentirse satisfechas con su poder de atracción.

Muchas avispadas dicen que eso no es provocar y que ellos aprendan a controlar sus impulsos, sabiendo que a muchas mujeres les gusta calentar el horno al máximo y una vez surge la llama, se retiran disfrutando de su maestría.

Es solo un esbozo de las peculiaridades amatorias de unos y de otros, en Andalucía existe una forma muy bonita para definir esa actuación del hombre con la mujer, «el roneo» con esa dulce picardía que conduce a saber que «están por ti».

Así con esos criterios, no es de extrañar que firmaran una ley con la que dieron suelta a un gran» rebaño de condenados» por agresiones sexuales, todos los que estaban cumpliendo sus condenas, pero esas feministas tan progresistas, se envolvieron en su bandera, a favor del malinterpretado feminismo y así cumplieron con su «gran sorpresa progresista».

Ahora esos despreciables asesinos de la libertad y la virtud de algunos de nuestros niños a los que, destrozaron sus vidas, en sus comienzos rompiendo, en mil pedazos unos canallas pederastas, que se valieron de sus cargos para ejecutar sus despreciables acciones. Muchos de ellos se sabe, recolocados en otros centros, en otras ciudades, y a ese sistema le llaman justicia sin temblarles la mano al firmar semejantes aberraciones

Es sangrante para todos los que sienten y saben que no son las formas correctas, para una sociedad que hasta ahora vivía dentro de un sistema en el que nos sentíamos más seguros hasta ahora. ¡Todo es un tremendo contrasentido!

Pero los tenemos sueltos, gracias a esas leyes, impulsadas por un grupo dirigido por mujeres, «pululando» por nuestras calles sin el menor sistema de» freno» por volver a realizar alguno de sus despreciables actos.

Ese partido que pretende «solo de palabra en algunas» la libertad de la mujer, para no estar dominadas por esos» demonizados» hombres, todos malos, todos, viciosos, todos consumidores de ese sexo sin sello de caducidad por transmitir enfermedades a sus parejas, al no existir un control tan necesario, todos los hombres no son como vosotras los presentáis despreciables. Igual que en las mujeres existen buenas y malas. Pensar en vuestros hijos, padres, hermanos, abuelos.

Es una» farsa pagada», igualdad sí, pero no destrucción del otro sexo tan necesario para complementarnos. ¿Queréis ser como las antiguas amazonas? Pues vosotras mismas, y así, con esa libertad, no cometeréis errores, pero no los queráis vender como triunfos, para todas. Existe él, poco y mucho y por encima de todo, el libre albedrío.

¿Dónde se criaron y se educaron estás mujeres, que clase de padres tuvieron? La pobreza y la miseria sabemos que han llevado a muchos y muchas a esas vidas de condenas terribles, dentro de su hogar, pero seamos justos, gracias que no, todos y todas son malos y malas, podemos y queremos muchas y muchos, vivir unidos hombres y mujeres, somos complementarios y juntos creamos vida.

La vida ahora es demasiado larga, mujeres con más de noventa años cuentan las vidas que vivieron y las guerras que sufrieron y el hambre que pasaron, ricos y pobres siempre han existido y maltratadores y maltratadoras también, pero no es cierto y lo repetimos, que todos los hombres, siempre han maltratado a las mujeres.

Es una falacia para mentes «flojas» todos somos necesarios, las unas y los otros. Las que hoy somos madres con hijos y nietos les tenemos que leer la cartilla, y les repetimos, que el respeto es fundamental, además del cuidado que deben tener, al elegir, amistad y compañía, para que resulte la unión perfecta

Algunas chicas, hoy saben como valerse de sus armas para poder hacer de la vida de un chico, un verdadero suplicio, en unas edades adolescentes, que algunos se guían por la rabia del momento y una mala discusión se sublima y te puede hundir.

Por eso sería muy conveniente que en una confesión ante la policía, tratándose de adolescentes, qué les pudiera asistir un psicólogo, de oficio. Un especialista, lograría sin opresión ni miedo, una confesión auténtica de estos chicos, enredados en una mentira producida por alguien que se podría valer de su género, para hacerle daño.

Son conocidas, mentiras y engaños en casos que han destrozado vidas, por haber sido envueltos en una historia «enredada «por mentes retorcidas que no se han parado a pensar en ese daño que les arrastrará toda su vida.

El destino siempre espera el momento, para dar en la diana y multiplicar revertido el daño causado. El que hizo la ley hizo la trampa, en la que tú puedes caer.

La verdad os dará esa libertad tan valorada por muchos y por muchas. No os dejéis guiar por esos mentirosos que lo único que pretenden es «enredarnos para su propio beneficio».

1 Comment Responder

  1. El artículo me ha hecho pensar en cómo la sumisión de la mujer ha tomado diferentes formas a lo largo del tiempo. Aunque la sociedad avanza, siguen existiendo dinámicas de control que a veces pasan desapercibidas. Es fundamental cuestionarlas y defender un respeto mutuo real.

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