Netanyahu impulsa una ampliación de la guerra en Oriente Próximo, en la recta final de 30 días que quedan hasta las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos. Ya se habla de lo que suele llamarse la ‘October surprise’, la sorpresa de octubre antes de la cita electoral, que asegure el desenlace a favor de Donald Trump
ERNESTO EKAIZER/El Periódico de Catalunya
“Hoy Israel es enormemente rico, más seguro que durante la mayor parte de su historia y democrático, claro está, si uno está dispuesto a excluir los territorios que ocupa. Ha superado guerras, sequías y pobreza con pocos recursos naturales aparte del valor humano. Es un caso atípico en Medio Oriente, un centro de innovación y un ganador de la globalización”.
The Economist, Londres, 27 de abril de 2023
Benjamin Netanyahu consiguió bajo el impacto de la ruptura del muro por los milicianos de Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), la Yihad Islámica de Palestina y otros tres grupos armados, dos cosas inmediatamente: aplazar su comparecencia como acusado en tres juicios por delitos de corrupción y prorrogar sine die la formación de un comisión de investigación sobre los fallos de la operación que segó la vida de 1.154 personas (782 civiles, 36 niños, 71 extranjeros 256 integrantes del ejército israelí, 53 policías, 63 guardias privados de seguridad) a los que se debe añadir 1.200 milicianos asaltantes muertos, 200 detenidos y 253 rehenes.
Esa comisión de investigación tiene que ser nombrada por el Tribunal Supremo, un encargo que también está en el aire porque la designación del futuro presidente del dicho tribunal es objeto de conflicto entre los jueces y el ministerio de Justicia, Yariv Levin.
Aquella dramática jornada del 7/10 siguió a operaciones de gran envergadura de Israel en Gaza, como la de Plomo Fundido en 2008, desde tierra, mar y aire, con 1.440 palestinos muertos; Pilar Defensivo, en 2012, con 2.251 palestinos muertos; Margen Protector, en 2014, con 2.100 palestinos muertos y otros ataques israelíes de respuesta al lanzamiento de cohetes, en 2019, 2021, 2022 y 2023, con victimas palestinas mortales.
El 26 de enero de 2024 el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, al admitir a trámite la demanda de Sudáfrica contra Israel calificó de “posible genocidio” la operación militar que ya llevaba más de tres meses y citó la cifra de 25.000 muertos ofrecida por el Ministerio de Salud de Gaza, bajo la administración de Hamás. A un año de la guerra en Gaza, desde el 7/10, hay que anotar 41.870 palestinos muertos (16.756 niños), 100.000 heridos (6.168 niños) y más de 10.000 desaparecidos.
Un año después, la versión sobre la jornada del 7 de octubre sigue trufada de información, desinformación y propaganda, todo lo cual hace honor a la frase de que “la primera víctima cuando llega la guerra es la verdad”, atribuida al senador estadounidense Hiram Johnson en 1917.
El productor y director Richard Sanders, autor de documentales sobre la actualidad política, dirigió la unidad de investigación de la cadena Al Jazeera titulado October 7th.
Al presentar la película, Sanders explicó: “Hemos expuesto los crímenes cometidos por Hamás, pero pienso que lo más significativo ha sido descubrir los crímenes que no tuvieron lugar. La peculiaridad de los días posteriores al ataque es que los medios de comunicación de Israel e internacionales se centraron no en los crímenes que Hamás cometió sino en los que no cometió”.
Sanders recordó que en los días siguientes al 7/10 se difundió la información de que 40 bebés habían sido asesinados, muchos de ellos decapitados. Netanyahu se lo transmitió por teléfono al presidente Biden, conversación que se grabó y se difundió ampliamente por el gobierno. Biden, a su vez, lo anunció en la Casa Blanca.
“Hemos cotejado la lista de muertos. Y dos bebés murieron el 7 de octubre, uno de 10 meses, a resultas de una refiega con disparos, y otro murió después de una operación de cesárea de emergencia. Todas las historias narradas no son ciertas. Otra afirmación de Israel de que ha habido una amplia y sistemática conducta de violaciones de mujeres. Nosotros no decimos que no hubo violaciones el 7 de octubre, pero no hay evidencia forense, visual, fotográfica ni aportada por testigos sobre esas violaciones”.
El documental desmonta las informaciones del asesinato de niños -incluyendo que los arrojaron dentro de un horno- que se difundieron. Esta versión también fue transmitida por Netanyahu a Biden por teléfono (“cogieron a docenas de niños los quemaron y ejecutaron”), grabada y difundida enseguida.
Israel practica un sistema según el cual se recolectan los cuerpos después de desastres y enfrentamientos violentos (terroristas) a través de una organización llamada ZACA, ultrarreligiosos voluntarios, que se encargan de los entierros.
Iosi Landau, comandante, de ZAKA, apareció mucho en la televisión, diciendo que niños habían sido atados por detrás y quemados hasta morir, Netanyahu se lo dijo a Biden por teléfono (esto fue televisado, cogieron a docenas de niños, los quemaron y ejecutaron. “Completamente falso”, explicó Sanders. “Sabemos que se trata del kibutz -granja colectiva- Be’eri. Es una casa que sufrió el ataque de la policía y el ejército de Israel”.
En el documental se puede ver la visita de Netanyahu a las oficinas de la organización Zaca, dedicada a recolectar los cuerpos de los muertos, para felicitar a sus miembros. Allí explica:
– Ustedes cumplen un papel importante, el de influenciar a la opinión pública y también a los líderes.
Sanders se pregunta; “¿Por qué importa tanto el tipo de atrocidad, es decir, gente que mata de una u otra manera?”.
Y responde: “Porque el asesinato de bebés tiene una resonancia especial, así como las agresiones sexuales sistemáticas, porque sirve para justificar la brutalidad de los bombardeos en Gaza. Una y otra vez la referencia de los grandes medios ha sido el asesinato de bebés y la violación sexual sistemática. Niños metidos en hornos” (una referencia subliminal al Holocausto y los hornos crematorios).
“Si quieres deshumanizar a los enemigos, sensibilizar a la gente con lo que se está sufriendo, los retratas como bárbaros, salvajes, gente que no se merece un trato humano. Por eso es relevante ver lo que han hecho muchos medios de comunicación, como fue el caso de The New York Times. Historia de una joven que fue asesinada en la mañana temprano. La hermana inmediatamente respondió en Instagram que no era cierto. Ella estuvo en contacto hasta minutos antes de su muerte. Y su marido tuvo una conversación con su hermano enseguida después de la muerte y también nada de eso ocurrió,. Era una investigación pretendidamente profunda del más prestigioso diario del mundo. Y no era verdad. Tres periodistas firmaban las informaciones. Uno de ellos había hecho algún tipo de trabajo para la inteligencia israelí. Está claro por qué las autoridades israelíes quisieron poner estas historias en los periódicos, lo es menos por qué medios prestigiosos se prestaron a hacerlo, a seguir el juego, particularmente dada la trayectoria [intoxicatoria] del Ejército de Israel en el pasado”.
El gobierno y los servicios de inteligencia de Israel no prestaron atención a lo que fue una de las operaciones menos clandestinas en la historia del conflicto arabe-israelí.
Sanders considera ese fallo inexplicable.
“Los guardias del muro estaban en sus camas. Se puede ver a muchos de los soldados asesinados en sus camas. Hamás contaba con que la mayor de los enfrentamientos con los militares tendría lugar en el muro, pero no fue así. Hamás se entrenó casi abiertamente para esta operación, con imágenes en las redes sociales. La misma noche del 7 de octubre, antes del amanecer, observadores a lo largo de la muralla informaron a sus departamentos y los jefes del Shin bet [ servicio de inteligencia interior] y de la inteligencia militar [Amán] le dieron importancia a primera vista, porque durante la noche, hablaron. Pero concluyeron que se trataba de un nuevo ejercicio, un nuevo ensayo. Lo que es extraordinario es que ni siquiera elevaron el nivel de alarma al número uno, lo que habría marcado una gran diferencia. Fueron extraordinariamente lentos en responder. Utilizaron helicópteros Apache, pero no existía control terrestre. En medio del caos, algunos rehenes fueron alcanzados por fuego desde los helicópteros (27 personas)”.