Dos observaciones a la izquierda de Panamá, a raíz de su papel en el levantamiento popular contra la minería metálica

13 de noviembre de 2023
7 minutos de lectura
Más de 90 organizaciones de todo el país se oponen a las acciones del gobierno para potenciar la minería metálica. | Panamá Profundo.

PRIMERA OBSERVACIÓN: EL LAMENTABLE FRACASO POLÍTICO DE LA «IZQUIERDA REAL» DEL PANAMÁ DE HOY

En mis tiempos de la Facultad de Derecho, en aquellas épocas lejanas y ya desaparecidas en las que los estudiantes de Derecho de Panamá tenían que leer libros completos, un Profesor nos puso a leer la obra: «El Derecho como obstáculo al cambio social», de un autor chileno con apellido gallego.

He recordado ese título mientras observaba el levantamiento social de Panamá contra la minería metálica, a la vez que repasaba de memoria los fracasos políticos de método, estrategia y resultados de la «izquierda real» de Panamá, luego de la invasión vergonzosa de Estados Unidos a Panamá en 1989 y el fin de la dictadura militar.

Salvo los mediocres clasistas, supremacistas y los “wannabes” que les hacen el coro, creo que ya nadie pone en duda hoy que desde julio del año pasado, 2022, está tocado y fracturado el sistema político y también la estructura económica excesivamente desigual y semi feudal que es la fábrica del hartazgo de una juventud sin oportunidades.

Frente a ese escenario, nuestra «izquierda real», la que tiene el discurso más cercano al «cambio social», eleva una práctica política pasada de moda, violenta, radical, desconocedora de elementos fundamentales de la economía de mercado, defensora de los más penosos autoritarismos. 

Nuestra realidad socioeconómica ofrece cientos de causas razonables para promover, amablemente, razonadamente, el cambio social. Y debo reconocer que existen líderes de esa «izquierda real» que intentan caminar por allí. 

Pero a la hora de las crisis, cuando llega el momento de la verdad, siempre les «puede más» el radicalismo. Ese es el rastro que dejan sus acciones cuando oteamos «El paisaje después de la batalla», y me robo aquí el título de la novela Goytisolo.

El resultado es que, pese a que su capacidad de influencia real es mínima, la imagen de rechazo y de grupo sectario que dejan es muy grande.  

Electoralmente esta «izquierda real» es un típico ejemplo de eso que mi abuela santeña llamaba «llamarada de capullo».  O podría ser también calificada como un «pino en pote», tal como sarcásticamente llamó Arnulfo Arias Madrid, a mi gran Profesor y amigo Carlos Iván Zúñiga Guardia, refiriéndose a su perfil político. 

Es una izquierda aislada y que parece disfrutar de su espíritu de cofradía, y que jamás podrá convencer a las grandes mayorías que necesitan liderazgo para alterar el rumbo, de verdad, pero sin colapsos y alharacas. 

Si yo fuera uno de los teóricos y estrategas supremacistas de derecha, defensores del «status quo» de privilegios que nos subyuga, estaría muy feliz con esta «izquierda real» de Panamá

Por dos motivos: porque no representa una amenaza real para el «establishment»;  y, a la vez, porque produce tanto rechazo con su sectarismo violento, que evita que la ciudadanía concentre su atención en el necesario cambio social que este país necesita urgentemente para que sea viable.

El libro que nos obligaban a leer en la Facultad, les decía, se llamaba: «El Derecho como obstáculo al cambio social».  Me recordé de él, porque, muy probablemente, hoy podríamos observar que la «izquierda real» de Panamá es un obstáculo al cambio social.

SEGUNDA OBSERVACIÓN: CARTA PÚBLICA A LA CANDIDATA A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ, MARIBEL GORDÓN, SOBRE EL PAPEL DE LA «IZQUIERDA REAL» DE PANAMÁ EN LA CRISIS DE LA LUCHA CONTRA LA MINERÍA METÁLICA A CIELO ABIERTO:

Muy respetada Profesora: 

Le escribo de ciudadano a ciudadana, partiendo de las siguientes premisas: 

(1) Reconozco su derecho inalienable a tener una visión de izquierdas sobre las soluciones que, a su juicio, el país necesita. No me encontrará Ud. jamás dentro de ese grupo de ignorantes que desconoce el derecho de la izquierda a existir en Panamá.Olvidan ellos que grandes ciudadanos de este país, a quiénes todos los debemos mucho, también tenían una visión de izquierdas, más o menos pronunciada, en diversas etapas de su vida, tales como Demetrio Porras; Clara González de Beheringer; Carmen Miró; José Daniel Crespo; Pedro Rivera; Raúl Leis; Carlos Francisco Chang Marín; Elida Campodónico; Diógenes de La Rosa y tantos otros. 

(2) Reconozco la importancia del aporte que los grupos de presión de orientación izquierdista, han dado en la lucha ciudadana contra la minería metálica a cielo abierto, en la cual el pueblo panameño está involucrado en esta coyuntura de octubre y noviembre de 2023.

(3) Reconozco y lo he dicho muchas veces, que nuestra élite económica y política, no quiere ver que todos estos movimientos sociales, incluyendo el de julio del año pasado, también expresan un hartazgo contra la estructura de privilegios y de desigualdad, por estratos y regional, que debe ser cambiada para darle viabilidad al país, porque ya la juventud está cansada de la falta de oportunidades.

(4) Reitero mi más categórica crítica a Ud. y al movimiento político que Ud. encabeza, en cuanto a que me parece realmente negativo para sus credenciales democráticas, que no hayan tenido la coherencia política y la honestidad intelectual, en aceptar que los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua son, hoy por hoy, unas vulgares dictaduras personalistas, en lo político, y un rotundo fracaso en lo económico. Simplemente me parece impresentable que no hayan tenido la entereza de condenar esos regímenes. 

Teniendo muy presente las 4 premisas anteriores le comento lo siguiente: 

(1) No entiendo cómo Ud. no se da cuenta que sus métodos de presencia pública en la sociedad deben ser revisados. Su discurso «por la vida» también es asociado con la radicalización excesiva de grupos vinculados a su plataforma. Incluso está asociado al vandalismo puro y duro, tanto de bienes públicos como privados. Eso lo deslegitima totalmente ante la abrumadora mayoría de la población. 

(2) Uds. tienen que escoger: o se mantienen como un factor político muy marginal como hasta ahora, que muchas veces crea temor, con voceros que ya debieran ser jubilados como Saúl Méndez… O dan el paso adelante para convertirse en una organización política razonable, para lo cual deben sintonizar con la juventud actual, que no quiere violencia.

(3) Si se quieren quedar extremadamente marginales como están. Si no quieren crecer en lo político. Sigan como van. Aislados y aislándose. 

(4) Lo que digo se torna más complicado para la izquierda panameña, porque están circulando informaciones creíbles que indican que algunos de los grupos de su plataforma, Profesora Gordón, podrían estar recibiendo «patrocinio» de algunos empresarios-políticos, para que se sigan radicalizando. ¿Sería esto –de comprobarse– coherente con su ideología? 

(5) Tengo varios años de estar diciendo que en Panamá existe una ultraderecha supremacista y radical, al estilo de Trump y Milei. En estos días han salido a la luz pública de forma evidente, justificando, directa o indirectamente, el crimen de odio de Chame. Esa enfermedad también es minoritaria en cantidad de gente, pero está metida en todos los partidos políticos, organizaciones empresariales y medios de comunicación…. estos extremistas sí tienen poder real.

Frente a ese dato, le pregunto Profesora Gordón: ¿No se dan Uds. cuenta que esa forma poco creativa y anacrónica de vender su visión ideológica de izquierdas, defendiendo la dictadura cubana en pleno siglo XXI, y justificando, por omisión, el vandalismo, lo único que hace es darle excusas a la ultraderecha para su discurso de odio y supremacista?

(6) Si la ultraderecha panameña y también las élites vinculadas a la corrupción de la minería metálica, no los tuvieran a Uds., la poco creativa izquierda de Panamá, esas fuerzas antinacionales no tendrían nada que decir… no tendrían argumentos de distracción y paralización.

(7) Creo, Profesora Gordón, que la izquierda panameña de hoy, de la cual Ud. es la candidata presidencial, está jugando, consciente o inconscientemente, el papel de “villano favorito” del «establishment» y la extrema derecha.

(8) Por eso pienso, Profesora Gordón, que el manejo de esta situación, por la izquierda panameña que está bajo su liderazgo hoy en día, solamente ayuda a la causa de la minera.

(9) Solamente la izquierda panameña y la diputada Zulay Rodriguez, están pidiendo que la Asamblea Nacional revoque el contrato por ley, a pesar que los expertos panameños en arbitraje ambiental han insistido que eso hace daño al país y que lo mejor es esperar la sentencia de la Corte Suprema de Justicia. ¿Qué buscan con esa postura? ¿ayudar a la minera? este comportamiento es muy cuestionable 

Visto todo lo anterior, le envío, Profesora Gordón, un mensaje enérgico, pero respetuoso: 

(1) Ayude a su causa política y, sobre todo, ayude al país, y hagan un cambio de estilo y discurso político. Yo soy de los que creo que el debate público se enriquece con la participación de la izquierda panameña. Pero reventando los vidrios de oficinas públicas no van para ningún lado. 

(2) No busquen contaminar de extremismo injustificado, el movimiento sano, rebelde y, sobre todo, pacífico de la juventud de Panamá. Las masas enormes que desfilaron en Calle 50 y Santiago de Veraguas, de toda clase y condición social, no los siguen a Uds. nadie debe estar confundido. Lo que queremos es un Panamá libre de minería metálica.

(3) Sean coherentes y prácticos, no tomen posturas que ayuden a la minera. Tenemos todos el derecho a protestar de forma pacífica. Desechen el argumento antinacional de derogar el contrato por Ley. Esperemos la vía institucional de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia. Sabemos que hay falta de credibilidad. Pero si negamos y rechazamos toda vía institucional, perdimos el camino y ayudamos a la minera.

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Don Antonio Machado. Amores y destinos. Capítulo 4 (I)

…Mi juventud, veinte años en tierras de Castilla.

Gaslighting. Luz de gas

El verdugo ataca, la víctima recibe el dolor y la frustración
George Orwell

George Orwell: 1984 (Episodio 1)

ALFONSO PAZOS FERNÁNDEZ

¿Quién es más culpable?

Las sometían a sus dictados, como una esposa con una vida comoda, se debía a las directrices que su marido