Hoy: 19 de diciembre de 2024
Los meses de diciembre y enero suelen ser los de mayor incidencia en trastornos de salud mental y psicosocial, debido a factores como el aumento del estrés asociado a las celebraciones, las expectativas sociales, la reducción de la luz solar y el aislamiento social, según destaca el equipo de psicólogos de Affor Health.
“Todo ello puede generar un empeoramiento de trastornos como la depresión y la ansiedad, particularmente en personas con predisposición genética o factores de riesgo”, advierten desde la consultora especializada en bienestar psicosocial en el entorno laboral.
Durante 2024, se ha observado un incremento en estos trastornos, tendencia que ha continuado en ascenso desde la pandemia de covid-19. Este aumento se debe a factores como la incertidumbre económica, el aislamiento social y el ritmo de vida acelerado. “Todo ello ha contribuido a que aumenten los casos de burnout, estrés, ansiedad y depresión, aspectos que seguirán estando muy vigentes en el ámbito del cuidado de la salud mental durante 2025″, afirman.
La convivencia intergeneracional también plantea desafíos. Cada generación enfrenta retos únicos relacionados con su contexto histórico, social y tecnológico, lo que puede ocasionar tensiones tanto en el ámbito laboral como familiar. Por ejemplo, “los más jóvenes sentirán una mayor inquietud por el futuro y más presiones relacionadas con las redes sociales, mientras que los de mayor edad deberán lidiar con dificultades vinculadas con la jubilación, la soledad o la pérdida de seres queridos”, explican.
Además, casi la mitad de las intervenciones psicosociales registradas están relacionadas con problemas de salud mental generalizados, como ansiedad o sintomatología depresiva, seguidas de trastornos del estado de ánimo y problemas derivados de relaciones de pareja. “Estas situaciones pueden aparecer en distintos ámbitos de la vida de las personas pero lo hacen con mayor frecuencia en el personal y, desde ahí, pueden trasladarse al resto, lo que puede acrecentar la tensión en situaciones de estrés o crisis laboral o en el entorno universitario”, señalan.
Por otra parte, los fenómenos psicológicos que se observan en el entorno laboral suelen repercutir en la sociedad. Dinámicas como la jerarquía, la competencia, la cooperación y el estrés se replican en otros contextos, como las familias, las amistades y las comunidades. Por ello, desde la consultora subrayan la importancia de vigilar la salud mental desde el ámbito de la seguridad e higiene laboral, donde se espera un refuerzo de las medidas durante el próximo año.
“Para cuidar del bienestar de los trabajadores es primordial que las empresas integren en su gestión la salud mental. Para ello deben impulsar herramientas que les permitan evaluar los riesgos psicosociales en el trabajo, así como programas de acompañamiento para que los empleados puedan consultar cualquier malestar psicológico y emocional que estén experimentando, tanto dentro como fuera de las puertas de la compañía”, destacan.
Asimismo, consideran esencial que cada persona priorice su propio cuidado para ofrecer su mejor versión. Por ello, explican, “es fundamental priorizar el autocuidado y fortalecer las relaciones personales, cultivando vínculos saludables con nuestros seres queridos y buscando apoyo si fuera necesario”.
Finalmente, alertan sobre cómo la actualidad puede agravar la salud mental. Factores como eventos climáticos extremos —por ejemplo, la dana que ha afectado a la Comunidad Valenciana— o crisis económicas prolongadas pueden desencadenar trastornos de ansiedad y depresión. Además, concluyen, “la polarización política y las desigualdades sociales pueden contribuir a un aumento del estrés y la hostilidad, lo que a su vez puede afectar negativamente la salud mental”.
De cara al próximo año, el equipo de Affor Health recomienda fijar metas realistas que permitan establecer objetivos alcanzables y evitar la sobrecarga. También es clave aprender a decir que no, establecer límites y practicar la gratitud diaria.