Difícil es sacar el pañuelo para decir adiós en el tiempo oportuno. La Biblia nos recuerda que hay un tiempo para reír y otro para llorar y otro para despedirse cuando las fuerzas flaquean y la memoria, ese silencio en el alma, ya no sabe seleccionar lo recordado. Es honroso recuperar la humildad para irse de los sitos dignamente antes de que te empujen sin remedio.
La etimología de presbicia tiene mucho que ver con la sabiduría de la experiencia, pero en algunas personas de edad se han acumulado las impotencias y alguien debe señalarle la torpeza visible para no hacer el ridículo de mantenerse a costa de lo que sea. A mi parecer, Biden debe sacar el pañuelo porque su lucimiento motriz, su verbo apagado, su temblor hace que tiemblen las responsabilidades de la primera potencia mundial y sus consecuencias colaterales. Espero que lo comprenda. Si no lo hiciera, su persistencia sería otro signo más de que no debe seguir.
La sombra es el resumen de la tarde, escribió Luis Rosales. Vosotros, conmigo, habréis sentido que el tren de los años ya no vuelve… Otros, con menos años, deberían también decir adiós porque no saben darnos más que sombras.