El Etihad se vistió de homenaje para despedir a su arquitecto más brillante. Kevin De Bruyne jugó su último partido como jugador del Manchester City en casa, y la noche tuvo todos los elementos de una despedida de leyenda: goles, ovaciones y victoria. El City superó por 3-1 al Bournemouth con un tanto espectacular de Omar Marmoush desde larga distancia y completaron la faena Bernardo Silva y Nico González, según una información publicada en Diario de Yucatán.
Aunque De Bruyne no pudo marcar –falló una ocasión clara al estrellar su remate en el travesaño–, se llevó el cariño de una grada que lo despidió como “Rey Kev”. Su imagen ya cuelga en un mosaico en la academia del club y su nombre da identidad a una calle en el campus ciudadano.
El triunfo dejó al equipo de Guardiola a un paso de asegurar su billete para la Champions. Solo necesita un punto ante Fulham para confirmar su clasificación.
Mientras tanto, el regreso de Rodri Hernández tras una larga lesión y los minutos del mexicano Julián Araujo en la visita cerraron un partido que no solo miró al futuro: celebró una década de historia firmada por un genio del mediocampo.