Un total de 14.784 restos humanos se encuentran almacenados en los depósitos de los Museos Estatales, gestionados por el Ministerio de Cultura, según ha confirmado el Gobierno en una respuesta parlamentaria.
La contestación se dio a raíz de una consulta realizada por los diputados del Partido Popular Borja Sémper, María Soledad Cruz-Guzmán, Eduardo Carazo y Jaime Miguel de los Santos, quienes solicitaron información detallada sobre la cantidad, tipología y distribución de restos humanos presentes en los almacenes de los museos, fuera del alcance del público.
De acuerdo con los datos proporcionados, el Museo Arqueológico Nacional concentra la mayor cantidad de estos restos, con un total de 10.040 bienes, entre los que destaca una momia guanche. Le sigue el Museo Nacional de Antropología con 4.440 bienes. También se encuentran cantidades menores en otras instituciones: 138 en el Museo Nacional de Arte Romano, 60 en el Museo del Traje-Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, 35 en el Museo de América y 18 en el Museo Nacional de Escultura.
Otros museos con restos humanos almacenados incluyen el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira con nueve piezas, el Museo Sefardí con ocho, el Museo Nacional del Romanticismo con cuatro, el Museo Cerralbo con tres, y tanto el Museo del Greco como el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias ‘González Martí’ con una pieza cada uno.
Ya en febrero, fuentes del Ministerio de Cultura habían indicado a Europa Press que se conservaban “casi 15.000” restos humanos, incluyendo cuerpos completos, así como cabellos, dientes o fragmentos óseos. El 24 de febrero, los Museos Estatales publicaron la Carta de compromiso sobre el tratamiento ético de restos humanos, en la que se comprometían a retirar estos restos de sus exposiciones.
Según el Ministerio, esta medida responde al Informe técnico sobre el tratamiento de restos humanos depositados en los Museos Estatales, solicitado por el ministro Ernest Urtasun tras asumir el cargo. El objetivo es adecuar la gestión de estas colecciones a los principios del Código Deontológico del Consejo Internacional de Museos (ICOM), adaptándose así a nuevas sensibilidades y criterios éticos en la conservación patrimonial.