Hoy: 22 de noviembre de 2024
Una historia rocambolesca. El extremeño Juan José C. M. se ha visto involucrado en uno de esos casos judiciales surrealistas que terminan enloqueciendo a uno mismo. El Juzgado número 1 de Villafranca de los Barros (Badajoz) llevaba un asunto civil en el que él ni siquiera era parte. Por error del juzgado, según explica en su demanda ante el Ministerio de Justicia exigiendo una indemnización, le “embargaron” de su cuenta 3.557,69 euros”.
El juzgado, dado que no era parte afectada en ese procedimiento, ni le avisó. Fue el 14 de noviembre de 2013, hace nueve años, y aun dura el lío. Después del embargo, tuvo que esperar un año y cinco meses. Se las vio negras para que le devolvieran el dinero. La secretaria del juzgado le ingresó 3.407,69 euros, pero le faltaban 150 euros.
“Por el error originado por el Juzgado de Villafranca de los Barros me vi obligado a contratar los servicios de abogado y procurador” para que reclamasen judicialmente los 150 euros que “me faltaban”. Sin embargo, al terminar el pleito, sin haber recuperado los 150 euros, el abogado le pidió 475 euros por su minuta y el procurador, 421,31, al margen de otros 104 euros que le había anticipado con el fin de recuperar los 150. Juan José le pagó al abogado sus 475, pero no abonó los 421,31 que le pidió el procurador. No le pagó porque entendió excesiva la minuta dado que se trataba de reclamar 150 euros. Y, además, ya le había anticipado 104 euros. Pero el procurador, como no le pagaba, le puso un pleito para exigirle su minuta.
Este otro procedimiento dio lugar a la ejecución de título judicial número 3157/2020. El procurador ganó el litigio y Juan José, que se negó a pagar esa cantidad, fue embargado de nuevo. Si la primera vez le embargaron erróneamente, en esta ocasión el juzgado le embargó la misma cantidad dos veces. “Me han vuelto a sustraer erróneamente, y por dos veces, la cantidad de 421,31 euros”, se queja Juan José. Como le parecía exagerada la minuta del procurador y este le había llevado a juicio, Juan José tuvo que buscarse a otro abogado.
Explica Juan José: “Al procurador don Javier, le adelanté la cantidad de 104 euros y, una vez terminado el proceso, él me hizo llegar una factura de 421,31 euros por los servicios prestados; cantidad que ha sido reclamada judicialmente y embargada dos veces en la ejecución de títulos judiciales núm. 357/2020. Por ello, a fecha actual, y con la colaboración estimada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Villafranca de los Barros, este tiene en su haber la cantidad de 421,31 euros, más otros 421,31 euros, más 104 euros”. Y no es solo eso: “Aun no me han sido devueltos los 150 euros del primer error judicial”.
Juan José reclama una indemnización “de 3.903,40 euros” al Ministerio de Justicia, que, antes de tomar una decisión, ha pedido un informe sobre este asunto al Consejo el Poder Judicial.
Reconoce el Consejo en su informe, al que ha tenido acceso FUENTES INFORMADAS, que Juan José le ha aportado, “únicamente, dos justificantes de cargos bancarios -coincidentes- y un extracto bancario en el que se aprecia que el mismo día 4/09/2020, y por el mismo concepto “ejecución embargo”, le han detraído de su cuenta bancaria por dos veces la cantidad de 412,31 euros (y no 421,31 como indica en la reclamación)”.
El Consejo, con sus habituales tecnicismos jurídicos no siempre comprensibles para el justiciable, dice al respecto: “Consta en el expediente, entre otros documentos, el Decreto de 22 de junio de 2018, declarando tener por terminado el procedimiento de ejecución 317/2009 [el que le supuso el embargo que luego le devolvieron incompleto, pues faltaban 150 euros], así como el Decreto de 11 de noviembre de 2019, en relación con la cantidad de 421,31 euros, más otros 130,00 euros, calculados para costas, reclamada al hoy reclamante por su procurador, dejando constancia de que habiendo dado traslado a su poderdante no se formuló impugnación a la cuenta presentada ni se abonó la suma reclamada”. Es decir, que cuando el juzgado hizo el cálculo de lo que debía entregar al procurador, esa cantidad no fue impugnada por Juan José ni pagó lo que se le reclamaba.
Añade el Consejo: “Consta asimismo el auto de 19 de agosto de 2020 acordando dictar orden general de ejecución del título indicado a favor del ejecutante y frente a la parte ejecutada, aquí reclamante, y despachando ejecución por importe de 317,31 euros en concepto de principal e intereses ordinarios y moratorios vencidos, más otros 95 euros que se fijan provisionalmente en concepto de intereses que, en su caso, pudieran devengarse durante la ejecución y las costas de ésta”. En este último caso, se refiere al segundo pleito, en el que tuvo que buscarse otro abogado para que el juzgado le devolviesen sus 150 euros.
“Por el contrario, no figura en el expediente”, agrega el Poder Judicial, “ni ha sido aportado por el reclamante, documento alguno que acredite duplicidad o incorrección alguna de los embargos trabados, sin que el mero extracto bancario aportado, en el que la duplicidad de cargos podría también obedecer a un error imputable a la entidad bancaria, pueda servir de acreditación a los efectos del invocado funcionamiento anormal de la Administración de Justicia”. O lo que es lo mismo: puede ser culpa del banco que a Juan José le hayan detraído dos veces la misma cantidad.
Otro de los argumentos que expone el Poder Judicial -para negar que haya habido un error del juzgado, admitirlo sería tener que indemnizarle- es que el reclamante fue al juzgado a hablar con la secretaria y que esta “le aclaró” la tramitación del asunto. Y que, según la secretaria, aunque nada acredita esta, en ese encuentro Juan José se mostró satisfecho con la explicación y con la cantidad de dinero que ya le había sido devuelta. El Poder Judicial asegura, pues, que todo está en orden y que no hay que pagar nada a Juan José. De todas formas, la última palabra sobre la indemnización de este rocambolesco asunto la tiene el ministerio. Mientras tanto, Juan José sigue sin cobrar los 150 euros que olvidó devolverle el juzgado. Si quiere cobrarlos tendrá que buscarse un tercer abogado.