Hoy: 23 de noviembre de 2024
Travesías más baratas y, en principio, un menor control por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes son los dos factores que explican el aumento de llegadas de migrantes desde Marruecos hacia Canarias en 2023. Aunque la mayoría de los cayucos que arribaron al archipiélago partieron de Mauritania y Senegal, según el análisis del Observatorio de Economías Ilícitas en el Norte de África y el Sahel de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC).
Esta organización independiente ha llevado a cabo un estudio en el terreno y también dispone de datos oficiales de distintos organismos sobre el tráfico de personas desde Marruecos, lo que incluye tanto a marroquíes como a inmigrantes de otros países que utilizan las costas del reino alauí para intentar llegar a España.
Según ha constatado, en base a entrevistas con inmigrantes, la ruta que lleva desde el norte de Marruecos hacia España es más cara y los inmigrantes llegan a pagar, en función de la época del año, hasta 4.000 euros por la travesía, mientras que en el caso de la ruta hacia Canarias este monto es inferior y en general oscila en torno a los 2.500 euros.
De acuerdo con su análisis, el año pasado hubo un aumento de las llegadas de marroquíes por vía marítima hacia la Península mientras que estas disminuyeron en el caso de la ruta canaria, donde sin embargo se incrementaron las partidas de inmigrantes de otros países africanos.
El Ministerio del Interior español no detalla en los datos que publica sobre la llegada de inmigrantes irregulares el país del que partieron ni tampoco su nacionalidad. Así, en 2023 informó de 15.435 llegadas a la Península y Baleares (un 19,1% más) y de 39.910 llegadas a Canarias (un 154,5% más).
Sin embargo, según los datos de la Agencia de Fronteras de la UE (Frontex) que recoge el informe de GI-TOC, las llegadas de marroquíes a la Península por la ruta del estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán se situaron en 7.910 en 2023, frente a 4.307 en 2022.
Por lo que se refiere a Canarias, las llegadas desde Marruecos experimentaron un incremento del 12,6%, tras reducirse casi un tercio entre 2021 y 2023. “Este moderado incremento parece haber estado motivado principalmente por inmigrantes extranjeros, ya que las llegadas de marroquíes disminuyeron”, señala la organización, que precisa que solo arribaron 5.817 marroquíes, frente a los 6.411 de 2022.
El informe atribuye el hecho de que los marroquíes fueran la primera nacionalidad de la ruta hacia la Península al hecho de que Marruecos endureció las medidas de acceso al norte del país a los inmigrantes subsaharianos. Aunque el endurecimiento de las restricciones comenzó con la pandemia de la COVID-19, se incrementó después de que España respaldara en marzo de 2022 el plan de autonomía marroquí para el Sáhara, precisa la ONG, que destaca que se mantuvieron los controles fronterizos en el norte y las fuerzas de seguridad mantuvieron su lucha contra las redes de tráfico de personas.
Uno de los recursos empleados para disuadir la inmigración es el traslado forzoso de inmigrantes indocumentados desde las zonas costeras del norte del reino hacia el interior. Asimismo, también se han documentado “restricciones no oficiales al uso de transporte público por parte de inmigrantes indocumentados”, lo que limita su movilidad.
Sin embargo, un factor determinante a la hora de elegir la ruta parece ser el precio. En 2023 lo que pagaron los inmigrantes por subirse a una patera se incrementó considerablemente con respecto al año anterior. Así, si en 2022 se pagaba entre unos 950 y 1.900 euros, el año pasado esta cifra se situó de media entre los 1.500 y los 4.000. Durante el verano, la época más propicia para echarse a la mar, el precio mínimo era de 2.500 euros, y si se optaba por hacerlo en una lancha fueraborda el precio alcanzó los 12.000 euros.
Los precios más altos obedecen en primer lugar a medidas de seguridad más estrictas pero también a la percepción de que esta ruta es “más segura y ofrece una mayor probabilidad de llegar con éxito a Europa”, destaca GI-TOC, lo que explicaría por qué los marroquíes la prefieren a la ruta canaria, que consideran más insegura. Por contra, para los subsaharianos los elevados precios y un mayor control de seguridad en el norte les ha abocado a tener que arriesgarse e intentar llegar a Canarias.
En este caso, subirse a una patera que parta desde el sur de Marruecos o el Sáhara Occidental (controlado por Rabat) costaba entre 1.500 y 3.000 euros en los primeros meses de 2023, mientras que en la segunda mitad se incrementó hasta entre 2.500 y 3.500 euros.
Entre los factores que influyen en el precio final figura el punto de partida o el tipo de embarcación, si bien también se ha podido constatar que se cobra menos a mujeres y niños cada vez más presentes en la ruta Canaria. Así, una mujer contó a la ONG que ella pagó unos 1.800 euros por ella y unos 1.375 por su hija.
Por otra parte GI-TOC también ha constatado un ligero incremento en las llegadas de inmigrantes desde la vecina Argelia, país con el que están cerradas las fronteras, así como en sentido inverso, desde Marruecos hacia territorio argelino. Entre estos últimos figuran marroquíes que quieren llegar a España desde las costas argelinas con embarcaciones fueraborda.
Esta última tendencia comenzó en 2022 y también parece venir motivada por la subida de precios y los mayores controles por parte de las fuerzas de seguridad en Marruecos. En Argelia, los marroquíes pagan unos 6.000 euros por realizar la travesía de este modo, frente a los entre 9.000 y 10.000 euros que les cobrarían en su país, si bien los argelinos pagan menos, unos 5.000 euros.