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Confirmada la pena de 22 años y medio de prisión a un hombre que mató a su pareja con ensañamiento

El edificio del Tribunal Supremo I fuente: EP

El edificio del Tribunal Supremo I fuente: EP

Alberto L. golpeó primero a la mujer con una piedra en la cabeza y la cara mientras dormía, luego la acuchilló repetidamente y finalmente la asfixió con el cinturón de su batín

La Sala Penal del Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 22 años y medio de prisión para Alberto L., quien asesinó a su novia en su vivienda en Valencia, en diciembre de 2021. El crimen fue cometido con ensañamiento y concurriendo la agravante de género.

El Tribunal Supremo ha desestimado íntegramente el recurso interpuesto por Alberto L. contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, que a su vez confirmó la dictada por un tribunal del jurado de la Audiencia Provincial de Valencia. La sentencia también estableció una indemnización total de 100.000 euros para dos familiares de la víctima.

En su recurso, el acusado reclamaba que se considerase la eximente incompleta de trastorno mental transitorio o, alternativamente, la circunstancia atenuante de obcecación. Sin embargo, el alto tribunal determinó que los hechos probados no sustentaban ninguna de estas atenuaciones. Según el tribunal, el asesinato fue cometido con frialdad y premeditación, describiendo detalladamente cómo Alberto L. golpeó primero a la mujer con una piedra en la cabeza y la cara mientras dormía, luego la acuchilló repetidamente y finalmente la asfixió con el cinturón de su batín.

El Tribunal Supremo justificó la aplicación de la agravante de ensañamiento señalando que la mecánica del crimen, detallada en el relato de hechos probados y respaldada por el dictamen pericial de la autopsia, cumplía con creces el fundamento de esta circunstancia.

Alberto L. decidió que si la víctima no quería estar con él, debía morir

En cuanto a la agravante de género, el tribunal destacó el comportamiento controlador y obsesivo del acusado, quien insistía en estar permanentemente con la víctima, manifestando incluso su intención de trabajar en su misma oficina y controlando su teléfono. El tribunal subrayó que Alberto L. decidió que si la víctima no quería estar con él, debía morir, lo cual justifica la aplicación de esta agravante.

Con esta sentencia, el Tribunal Supremo reafirma la gravedad de los hechos y la justicia de la condena impuesta, considerando tanto el ensañamiento en la ejecución del crimen como los elementos de control y dominación de género por parte del acusado.

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