Un grupo de científicos de todo el mundo ha emitido un llamado urgente en la revista Frontiers in Science para abordar de manera activa los desafíos que plantea el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad para la salud humana. Destacan que estos factores están ejerciendo un impacto negativo en el sistema inmunitario, y es crucial tomar medidas para salvaguardar la salud futura.
La profesora Ioana Agache, de la Universidad Transilvania de Brasov (Rumanía) y copresidenta de las Directrices sobre Ciencias Ambientales para la Alergia y el Asma de la Academia Europea de Alergología e Inmunología Clínica, sostiene que el incremento de las emisiones contaminantes ha generado transformaciones significativas en el entorno. Agrega que estos cambios han sido demasiado rápidos para permitir una adaptación adecuada del sistema inmunitario humano.
Los expertos subrayan que el impacto del cambio climático y la contaminación en el organismo humano es complejo. Entre los efectos negativos destacan la desregulación inmunitaria, que puede derivar en trastornos autoinmunitarios y cáncer. Además, la falta de exposición a la biodiversidad adecuada puede contribuir al aumento de las tasas de alergias y asma.
El aumento de las temperaturas, por ejemplo, han modificado las estaciones polínicas, por lo que han adelantado su inicio y prolongado su duración. Esto resulta en reacciones alérgicas más intensas, lo que eleva tanto la prevalencia como la gravedad de las alergias al polen.
El cambio climático también ha aumentado la frecuencia y severidad de las catástrofes naturales, como incendios forestales, con efectos secundarios significativos para la salud. La profesora Kari Nadeau, de la Universidad de Harvard (EEUU), destaca cómo la contaminación atmosférica de los incendios afecta la salud respiratoria y cómo el alargamiento de la temporada polínica influye en las alergias y el asma.
Las poblaciones más vulnerables enfrentan mayores riesgos. La falta de acceso a una dieta adecuada, a entornos naturales y a viviendas seguras y limpias aumenta las posibilidades de desarrollar enfermedades inmunomediadas.
Los científicos abogan por un enfoque dual: adaptarse al cambio climático para mejorar diversos aspectos como la alimentación, la vivienda y las prácticas agrícolas, y mitigar su impacto al reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire. Destacan la necesidad de datos sólidos para respaldar estas medidas y evaluar su efectividad.
Se proponen tres iniciativas clave para recopilar datos: el uso de biomarcadores para rastrear enfermedades inmunomediadas, modelos económicos para cuantificar el impacto del cambio climático y técnicas de ciencia de datos para comprender las complejas influencias del entorno en el sistema inmunitario.
Los expertos coinciden en que la salud planetaria y humana están interconectadas. Buscan compartir conocimientos para capacitar a ciudadanos y organizaciones a nivel local, nacional e internacional para trabajar hacia un futuro más saludable y sostenible.