El Festival Internacional de Cine del Sáhara (FiSahara) ha solicitado públicamente al director Christopher Nolan y al equipo de la superproducción La Odisea que detengan el rodaje de la película en el Sáhara Occidental, territorio que califican como «ocupado por Marruecos». El festival, que se celebra en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia, ha apelado a la solidaridad del equipo con el pueblo saharaui.
En un comunicado, FiSahara advirtió de que Dajla, una de las localizaciones del rodaje, no es solo un paisaje impresionante para el cine, sino «una ciudad ocupada y militarizada» donde la población saharaui vive bajo represión constante por parte de las fuerzas marroquíes. La película, una adaptación del poema épico de Homero con estreno previsto para julio de 2026, cuenta con un reparto estelar que incluye a Matt Damon, Zendaya, Tom Holland, Anne Hathaway, Lupita Nyong’o, Robert Pattinson y Charlize Theron.
Según María Carrión, directora ejecutiva de FiSahara, filmar en esa zona supone, aunque sea de manera involuntaria, contribuir a la normalización de la ocupación del Sáhara Occidental. «Es un territorio que Reporteros sin Fronteras ha catalogado como un ‘desierto para el periodismo’, y sus pueblos indígenas no tienen la libertad de contar sus propias historias», subrayó.
«Estamos convencidos de que, si Nolan y su equipo conocieran las implicaciones de rodar una película de alto perfil en este contexto, se horrorizarían», expresó FiSahara, que ha dedicado 18 ediciones a visibilizar la causa saharaui a través del cine y los derechos humanos.
El festival también recordó que el conflicto del Sáhara Occidental se remonta a 1975-76, cuando miles de saharauis huyeron hacia Argelia tras la invasión marroquí, estableciendo campamentos en el desierto. Desde entonces, los habitantes viven en el exilio, sin haber podido ejercer su derecho a la autodeterminación.
En 1991, la ONU logró mediar un alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario, con la promesa de celebrar un referéndum de autodeterminación, algo que nunca se ha cumplido. FiSahara denuncia que Marruecos ha impedido sistemáticamente esta consulta, y reclama que iniciativas culturales como el cine no contribuyan a silenciar el sufrimiento de un pueblo que aún espera justicia.