La libertad es un grano de trigo sembrado en cualquier campo que precisa riego continuo y educada vigilancia. No se trata de un traje que viene en su estuche para ser colocado encima de la piel, sino de un proyecto que crece a la medida de la comprensión y del esfuerzo. Dios nos ha hecho libres en semilla, su crecimiento y responsabilidad dependen de nosotros. Por eso hay en el mundo tantos desaprensivos.
El papa Francisco parece ser que ha tenido una larga conversación con los obispos españoles para dilucidar el porqué de la escasez de vocaciones en los seminarios. Desde esta orilla podríamos decir que son muchas y variadas las causas sociológicas, familiares, educacionales… que derivan los compromisos del joven hacia destinos inmediatos y placenteros. Seguir estrechamente a Jesucristo requiere, como expresa el papa, calidad y madurez. La firmeza del carácter, de la decisión y disponibilidad, debe estar avalada por una psicología construida con valores probados. Dice la Sagrada Escritura que antes de levantar una casa, hace falta disponer de los elementos suficientes y de ajustados materiales; de lo contrario, se hace el ridículo.
Después de estas premisas, Dios sobre todo.