MODESTO CONTRERAS
La candidata de la oposición habría ganado las elecciones mexicanas con el 50% y la oficialista solo obtendría el 47,6%
El presunto fraude en las elecciones mexicanas del pasado 2 de junio se perpetró con la ayuda del Instituto Nacional Electoral (INE), bajo las directrices del presidente Andrés Manuel López Obrador (Amlo) y de su partido Morena, según distintas investigaciones.
Las cinco maniobras esenciales y delictivas que dieron pie a que la candidata oficialista Claudia Sheinbaum sea la nueva presidenta del Estado azteca fueron las siguientes, siempre según esas investigaciones, destapadas por algunos medios aztecas:
Primero, se infló el padrón en 6,6 millones de votos, según los expertos. Segundo, se quintuplicaron artificialmente las votaciones de las entidades políticas aliadas a Morena (PV y MC). Esta maniobra se aplicó, en concreto, a once millones de votos.
Tercero, se bloqueó el voto de la candidata opositora, Xóchitl Gálvez, pues no se enviaron 4 millones de papeletas a las casillas donde presumiblemente iba a ganar Gálvez, principal contrincante de Sheinbaum. Cuarto, se ralentizaron las mesas en el exterior.
Y quinto, se borró el voto de la oposición en las zonas de los narco y se creó un segundo bloque de papeletas que ignoraban el voto de castigo a Morena.
Todas estas razones, obtenidas de fuentes oficiales por los investigadores, no permitieron plasmar lo que en realidad sucedió el pasado 2 de junio. Es decir, que Sheinbaum solo habría obtenido 22 millones de votos y Gálvez, 23.000.000. En términos porcentuales, la candidata de la oposición habría ganado las elecciones con el 50% de los votos, mientras que la oficialista solo habría obtenido un 47,6%.