Hasta hace unos años, la mayoría de las personas aún conservaban parte de los valores adquiridos de sus mayores, transmitidos de generación en generación. Se vivía con respeto hacia los demás y se mantenía una vida agradable para todos.
Eran conscientes que tener problemas con la gente producía un enfrentamiento continuo. La vida como único patrimonio a conservar por encima de cualquier otro, era y es, tan importante, que atentar contra tu propia vida o la de otros era y es la acción más triste, cobarde y aberrante, que un ser humano podía y puede, ejercer. A pesar de todo ir a la guerra, era para algunos un auténtico privilegio, hoy algunos descerebrados, lo celebrarían.
Estamos rodeados de guerras de todo tipo, con destrozos terribles para los que las sufren, viviendo rodeados de muertes de familiares, amigos y dejando a muchos niños huérfanos y solos, deambulando entre las ruinas de lo que fue su pueblo o ciudad, solo con ver los ojos de esos niños, te das cuenta del horror que están viviendo.
Lo peor de todo y más sangrante, es que esas imágenes entran en nuestras casas a través de las televisiones, es más, en muchos casos prefieren no verlo, para no sufrir, según los “dirigentes” familiares y así lo transmiten a sus hijos. No veo, y no sufro! Que fácil es, no entrar en el dolor de los que padecen persecución, miedo, injusticias y muertes de los suyos.
Hoy por desgracia, todo tiene un precio, se compra, se vende y la vida de las personas es, una moneda que estará manchada de sangre y que la utilizarán como amenaza todos los que gobiernan países, productivos o no, da igual, aunque solo sea para demostrar quien es más fuerte, para poder pisarle la cabeza al otro.
Vivimos dirigidos por la soberbia, la avaricia, el ego y la destrucción del individualismo, y nos están intentando hacer comulgar, con el pensamiento único. En definitiva y aunque nos lo envuelvan en mentiras, o como les venga en gana, estamos gobernados por el despotismo más absoluto.
(Despotismo es la forma de gobernar de una sola entidad con poder absoluto) Cuando se pierde tanto tiempo en manipular, grabar, destrozar dignidades de hombres o mujeres en beneficio propio es que les está resultando muy rentable.
Están practicando, los siete pecados capitales y muy gozosamente, en pleno apogeo. Pues cuidado, que su práctica es muy perjudicial para todos, influyen directamente en nuestras vidas, al dejarte llevar por la falta de moral en todos los sentidos y sin freno alguno.
No existe en esta vida, nada que justifique las guerras. El respeto a la vida humana, es la base de poder confiar en tus semejantes, matarnos los unos a los otros, es la peor acción que se pueda ejecutar contra nosotros mismos pues, todos perderemos irremediablemente, “gane quien gane”.
Además, siempre existirá la sombra del deseo de venganza, revancha o desquite, pasen los años que pasen y así, se formarán esos odios que pasarán de generación en generación, y que los vivirán los que nos sucedan.
Es demasiado perjudicial para todos los que deseamos un mundo justo y en paz.