La 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas arrancó este martes en medio de un clima marcado por conflictos bélicos en Gaza, Ucrania y Sudán, así como la amenaza de un estallido más amplio en Oriente Medio.
Asimismo, los líderes de 193 países se han congregado en Nueva York para debatir sobre los desafíos actuales, en un evento que se prolongará hasta el próximo lunes.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ofreció un discurso inaugural que, como es habitual, hizo un balance sombrío de los principales problemas globales. Guterres denunció el alto grado de impunidad que reina en el mundo, calificándolo de “moralmente intolerable”.
El alto comisionado señaló cómo las naciones violan sin consecuencia la Carta de la ONU y las leyes internacionales, especialmente en los conflictos de Gaza, Ucrania y Sudán, subrayando que “no se puede seguir así”.
Durante su intervención, el jefe de la ONU abordó tres grandes males que asolan el planeta: la impunidad, la creciente desigualdad y las incertidumbres derivadas del cambio climático y la inteligencia artificial (IA) descontrolada. En su discurso, calificó la situación de Gaza como una “pesadilla permanente”, recordando que la guerra en la región ha dejado más de 41.000 muertos palestinos en casi un año de conflicto.
En cuanto a la desigualdad, Guterres subrayó que no es simplemente una cuestión técnica, sino un problema de poder con raíces históricas. Afirmó que dos tercios de los países más pobres del mundo están en peores condiciones que hace cinco años, mientras los más ricos han visto duplicadas sus fortunas. El 1% de la población mundial controla el 43% de los activos financieros, lo que para el secretario general es una muestra de la creciente disparidad.
El cambio climático también estuvo en el centro de su discurso, con críticas directas a las grandes compañías petroleras que siguen acumulando fortunas gracias a los subsidios, mientras la población sufre las consecuencias de la catástrofe ambiental. Guterres instó a una transición hacia energías limpias, aunque reconoció que este proceso sigue siendo incierto y lleno de obstáculos.
Otro de los temas que marcó la apertura fue la rápida evolución de la IA, que Guterres describió como un cambio radical que puede llevar tanto a un mayor progreso como a un aumento de las desigualdades y manipulaciones. Advirtió que unas pocas compañías controlan la mayor parte de la IA global sin supervisión, lo que podría desencadenar lo que él denominó “la gran fractura”.
El secretario general concluyó su discurso señalando que los problemas actuales no son irresolubles, pero destacó que el mundo está inmerso en un “purgatorio geopolítico”, en el que las naciones actúan sin rendir cuentas, lo que debilita aún más las instituciones globales.
En este contexto, también se espera la última intervención importante del presidente de EE UU, Joe Biden, en la Asamblea General. Según su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, la prioridad de Estados Unidos será abordar los conflictos bélicos que afectan a más de 2.000 millones de personas en todo el mundo, al tiempo que se busca dar esperanza a los más vulnerables.
Entre los discursos destacados de este martes se encuentran el del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el rey Abdullah II de Jordania y el nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, quien acusó a Israel de provocar un conflicto más amplio en la región.
El debate continuará durante los próximos días, con la mirada puesta en cómo los líderes mundiales abordan los desafíos existenciales que enfrentan sus países y el planeta.