Jornada 77 desde la invasión de Rusia a Ucrania. El gas vuelve a ser argumento en este conflicto: el consorcio de gas ruso Gazprom no ve motivos para modificar la ruta de suministro de gas a Europa a través de Ucrania después de que Kiev alegara “causa de fuerza mayor” para detener de forma temporal el tránsito de un tercio de los volúmenes que pasaban por su territorio, ocupado ahora por el Ejército ruso, según El Confidencial.
Sobre el terreno, la situación está estancada y EEUU prevé una guerra larga y de desgaste. La Inteligencia estadounidense cree, de hecho, que la guerra podría entrar en una fase “más impredecible, volátil y sangrienta” en los próximos meses y podría extenderse más allá de controlar solo el Donbás, en el este ucraniano. Según la directora de Inteligencia Nacional del país, Avril Haines, los objetivos estratégicos de Vladímir Putin “probablemente no han cambiado”. “La naturaleza incierta de la batalla, que se está convirtiendo en una guerra de desgaste, combinada con la realidad de que Putin se enfrenta a un desajuste entre sus ambiciones y las capacidades militares convencionales actuales de Rusia, probablemente signifique que en los próximos meses podríamos avanzar en una dirección más impredecible y una mayor escalada de la violencia”, asegura Haines, según publicó la revista ‘Político’.
Las tropas del Kremlin siguen centrando su ofensiva en el Donbás, Jersón y Mariúpol con el objetivo de establecer el control total sobre esos territorios y mantener el corredor terrestre que les conecta con Crimea ocupada. Para asegurar estas posiciones, los rusos utilizan sistemas de guerra electrónica para suprimir las señales de radio, aseguró el parte castrense, según las agencias locales.
Mientras el Ejército ucraniano sigue intentando desgastar al ruso en el campo de batalla y ha recuperado algunas posiciones en Járkov, las tropas rusas avanzan muy lentamente en la región del Donbás ante los crecientes temores de que el conflicto se alargará en el tiempo. Los últimos defensores de Mariúpol, atrincherados en la planta de acero de Azovstal, han vuelto a acusar este martes a Moscú de bombardear la fábrica con artillería pesada y aviación. A la vez, el asesor de la alcaldía de la ciudad, Petro Andriuschenko, ha asegurado que en las instalaciones de la gigantesca fábrica aún se encuentran civiles que no pudieron salir durante las operaciones de evacuación organizadas la semana pasada bajo el auspicio de la ONU y la Cruz Roja.