Cuando Santa Teresa de Jesús se enfrentaba a cualquier mando que le impidiese la fundación de alguno de sus monasterios, les amonestaba advirtiéndoles que las suyas eran “autoridades prestadas” y que, más pronto que tarde, acabarían. No habría de suceder así en los corazones o en los sitios donde Dios fuese alabado.
La señora responsable de Sumar, reclama ahora el acta de diputados de los podemitas que han preferido no consultar con ella el vuelo de sus decisiones. Además, han sufrido el desprecio de la rubicunda señora que, ni siquiera, les ha reservado algún ministerio de esos de “corte y pega”. Con su boquita de piñón, la que fuera responsable de la agenda no sé qué, le ha dicho bien claro que “lo que se da no se quita”. Bastante sufrimiento tienen con que haya engañado a su adalid, profesor universitario, con sabidurías de pen-drive y aires de torero antes de cortarse la coleta.
Y es que cuando se comercia entre tramposos, no pueden esperarse ganancias… Nos queda mucho por ver todavía.